Ya que estamos en verano y justificando la vagancia epistemológica que a uno le traen el sol y el calorcito, me permito reproducir en estas líneas algo que encontré en esos benditos cuadernos que estoy pasando a la computadora. Es algo que subrayé en la novel "VALFIERNO" de Martín Caparrós, vaya como breve reseña que es la historia de un argentino que a principios del siglo pasado se robó a la célebre GIOCONDA delmuseo del Louvre. Disfrutenlo y cualquier idea u expresión que esto les sugiera dejenla en los comentarios.
“Y entonces recordé lo que decía en la cárcel mi mentor, el francés Daván: que las personas se dividen entre las que prefieren pensar que son bondadosas y las que eligen suponer que son malas personas. Y que no son mejores unos que otros, aunque es cierto que los que eligen pensar que son buena gente deben tener más estima por la bondad que por la maldad, porque nadie se resigna a definirse como algo que aborrece. Nadie que no estime o admire o envidie un poco la maldad se definiría a sí mismo como mala persona. Y en cambio los que se dicen buenos probablemente no lo sean pero por lo menos prefieren la bondad, la suponen más atractiva por alguna razón.”