León Gieco alguna vez dijo que “Si Fellini viviera en Argentina
sería apenas un fotógrafo”. Haciendo un paralelismo con esta frase podríamos
decir también que si Messi se hubiera quedado en Argentina, sería nada más que
un delantero del montón con los tobillos a la miseria. Porque el Messi que
vimos en esta Copa América quizá sea el mejor posible para esta selección. No
creo que podamos esperar mucho más de él. En medio de tantas figuras cuesta que
se destaque como en el Barcelona, donde es un indiscutible de aquellos.
Así y todo el Messi que vi en esta copa me gustó mucho más
que el del mundial 2014. Llegó en mejores condiciones físicas y anímicas. Y mas
allá de su displicencia en el partido con Jamaica (donde le cedieron espacios
como para que explote y no lo cagaron a patadas), en los demás partidos tuvo un
desempeño correcto, dentro de un esquema que lo usa mas como un armador que
como un delantero. Jugó muy bien con
Colombia y con Paraguay. No llegó a convertir porque no fue egoísta, arrastró
marca, estuvo más concentrado y participó en la elaboración de muchas jugadas
de gol.
El tipo intentó hacer “sus jugadas”, pero convengamos que
esto es Sudamérica. Acá no te van a ceder un puto espacio, si te escapás te
voltean, así de simple. No le salieron, pero las pocas veces que pudo las
intentó. Además, a favor de Messi, hay que
decir que ninguna de las rutilantes figuras Europeas de esta copa desparramadas
en las distintas selecciones, tuvo un desempeño descollante.
En cuanto a su papel en la final con Chile, aunque no
parezca, me gustó más que el de la final del mundial. Cada vez que recibía la
pelota se le iban cuatro chilenos encima y la mayoría de las veces esas jugadas
terminaban en faltas a favor de nuestro equipo. Jugadas de pelota parada que no
fueron aprovechadas porque una de las falencias que tiene esta selección es la
ausencia de buenos lanzadores y cabeceadores. No tenemos juego aéreo, de hecho
el gol de Marcos Rojo contra Paraguay (que provino luego de un tiro libre
ejecutado por Messi) fue con los pies. Cuando
tenemos un tiro libre a favor no hay un jugador indiscutible para ejecutarlos (como en su momento lo fueron Maradona y Riquelme), alguien que automáticamente
genere pánico en el rival y lo lleve a estar muy atento a no cometer faltas al
borde del área. Así y todo, una de las más claras que tuvimos ayer provino de
un corner ejecutado por la pulga, pero hay que decir que de todos los centros
que cayeron en el área chilena fue la única jugada que pudo terminar en gol.
Volviendo a Messi, tengo que decir que hizo algo que yo
quería que haga en el mundial pasado. Pedir la pelota, tratar de tenerla,
generar faltas y amonestaciones (no nos olvidemos de la brutal patada en el
estómago que le propinó Gary Medel, que era más bien para expulsión). Y el pibe
lo hizo. Arrastró marcas y generó espacios para los demás. Yo ya no espero que
la rompa como en el Barcelona, pero sí que ponga un poco más de amor propio, que
deje de ser lo que aquí llamamos un “pecho frío”, deuda que en esta copa, en
algún punto quedó casi saldada. Y a su favor hay que decir que siempre estuvo
muy lejos del área. Su sociedad con Pastore, que tan bien había funcionado
contra Paraguay, esta vez fue bien anulada por el conjunto Chileno. Y a Favor
de Chile hay que decir que para anular a un equipo con la movilidad de
Argentina hay que correr mucho, y en eso el equipo de Sanpaoli estuvo a la
altura de las circunstancias.
Coincido con el análisis que hizo Martino. Vimos dos equipos
que jugaron a anularse el uno al otro. Chile salió a jugar llevando la antorcha
de estar ante una oportunidad única de hacer historia en su propio país. Y
nuestra selección salió a jugar como un equipo visitante dispuesto a aprovechar
los errores del rival (cosa que no me gustó para nada). Chile casi ni tuvo situaciones. Argentina tuvo las más
claras. El partido físico lo ganó Chile por goleada. Argentina perdió a Di María en el primer
tiempo y se quemaron los papeles. Porque hay que decirlo, Di María no jugó bien
en esta copa, pero ayer su ausencia se notó y mucho. Se extrañó su entrega y su
velocidad. Tampoco creo que el ingreso de Tevez hubiera cambiado mucho el
panorama, de hecho los pocos minutos que jugó en esta copa no le alcanzaron
para poder demostrar algo. Además ayer no tuvimos mediocampo. Biglia estaba muy solo y creo
que Martino lo hace entrar a Banega porque necesitaba alguien que aporte marca
pero también asociación con Messi. Pero
bueno, ese es un viejo axioma del fútbol: el que está en el banco siempre juega
mejor.
También hay que decir que por momentos el árbitro tuvo fallos
erráticos que inclinaron la cancha a favor de Chile, incluso nos cortó un
corner en el minuto 90, lo que se suele llamar “robo de guante blanco”.
Y lo más importante: hubo un momento en el que Messi pudo
hacer “su jugada”, y eso fue en el minuto 90, cuando arrancó en el medio, se la
cedió a Lavezzi y este mandó una pelota cruzada que Higuaín no pudo meter
adentro del arco por no llegar apenas un milisegundo antes. Esa fue la jugada clave.
Si salía, Messi se reivindicaba, Higuaín nos hacía olvidar el gol que se perdió
con Alemania y todos contentos de esta generación de jugadores que se merece un
título desde hace rato. Pero así es el fútbol, una jugada puede determinar tu
grandeza o tu miseria eterna. Maradona la tuvo en la final de México 86 cuando metió un pase entre 4 alemanes y dejó sólo a Burruchaga con el arquero. Burru la mandó a guardar, Higuaín no llegó. Y nunca sabremos que hubiéramos pensado de aquella selección si perdía la final con Alemania. Quién sabe si los goles a los ingleses tendrían el mismo valor.
Además falta carácter. Mascherano es el patrón de este equipo pero parece que con
eso no alcanza. Necesitamos dos o tres mas como él. Si algo le faltó a este
equipo en estas dos finales que jugó en menos de un año fue “carácter” y “autoridad”.
Algo que sólo vamos a ver luego de que
consiga algún título ganando una final sufrida como la de ayer, quizá por 1 a 0
y colgada del travesaño.
De los penales no quiero hablar porque son más bien una
lotería. Nos han sacado las papas del fuego muchas veces, pero no siempre te
van a salvar. Lo que sí, mención parte para Alexis Sanchez, hay que tener
huevos para picarla así en una oportunidad histórica.
En cuanto a Martino hay que decir que llamó a todos los
jugadores que había que llamar. En eso no se le puede reclamar nada. De última
podemos discutir cómo los usó, pero bueno, el que convive con ellos y ve su
desempeño día a día es él DT, y supongo que debe tener sus razones. Me gusta
esta idea de juego. Me gusta que haya
puesto a Pastore, que para mí es un jugador clave, es uno de los pocos nuevos
armadores del fútbol argentino.
Y de Messi no esperemos mucho más. El pibe esta vez quiso,
pero no pudo. Esto es Sudamérica. Esto es otra cosa. Messi no es heredero de
Maradona. Maradona es irrepetible. Cuando él salía con la 10 y la cinta de
capitán todos estábamos mucho mas tranquilos, porque podía tener malos
partidos, pero adentro de la cancha absorbía marca, absorbía presiones y
contagiaba a sus compañeros que estaban embobados y super felices de jugar al
lado del mejor jugador de la historia del fútbol. Messi no es eso. Messi es un
buen pibe que nunca vimos jugar en esas canchas poceadas y maltrechas del
fútbol argentino que vemos todos los fines de semana a través de las pantallas
de TV. Es alguien cuya familia tuvo la inteligencia de no dudar ante la
oportunidad de “llevárselo afuera” porque quizá supo entender que acá, más allá
de su destreza, no iba a llegar a mucho. Es un buen pibe y un buen ejemplo de
comportamiento para los mas chicos (en eso es mucho mejor que Maradona). Nos
representa bien en el exterior y es un fenómeno de Marketing. Pero no es ni
será un gran capitán en la selección. Ya no esperemos mucho mas de él que lo
que dio en esta copa. Y si por alguna de esas casualidades del destino, en
el futuro el pibe la rompe y nos tapa bien la boca, sepamos disfrutarlo. Messi
ya no es ninguna esperanza. Lo que sí da pena es que esta generación no haya
podido lograr un título importante. Se lo merecen, seguro, pero bueno, esto es
fútbol, y en fútbol no siempre gana el mejor.