Wednesday, February 07, 2007

Morrissey (o la melancolía elegante)


La otra noche venía en el colectivo escuchando en ese aparatito tan práctico y tan mágico llamado reproductor de mp3, a Morrissey cantando en vivo un viejo himno de The Smiths, banda emblemática del pop de los 80’s por excelencia. La canción se llama “hay una luz que nunca se apaga” (There’s a light that never goes out, en inglés) y contiene, a mi parecer, una muy buena descripción de lo que muchos llegamos a necesitar en esos sábados a la noche en los que no sabíamos que rumbo seguir. Dice la canción: “Llevame esta noche, adonde haya música, donde haya luces, donde haya gente, viajando en tu auto ya no quiero volver a casa, porque ya no soy bienvenido allí” he ahí, creo yo, una santísima trinidad de la noche, por la que imploramos cuando el mundo está ardiendo y nosotros nos sentimos excluidos de esa llama. Música, luces, gente. Muy sencillo. De ahí a que después no sea lo que esperamos, es otro cantar, pero ese es el principio de la mecha. Es todo lo que quería decir.

PD: en otra parte de la canción, Morrissey canta esto:
“Y si un camión con acoplado choca contra nosotros, morir a tu lado… bueno, el placer y el privilegio serán míos”
Es lo primero que le digo a mi mujer cuando no quiere que viajemos en el primer vagón del tren o en el primer asiento del colectivo. Chau.

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