Monday, September 16, 2013

BRUCE SPRINGSTEEN EN ARGENTINA




En lo personal tenía ciertos miedos en la semana previa a este concierto. Es que esperé tanto que llegara este día que en el fondo, como les debe de pasar a muchos que viven esperando cierto evento, tenía miedo de que vaya a arruinarse o algo por el estilo.  Miré el pronóstico del tiempo 10 días antes y se anunciaba frío, viento y 60 % de probabilidad de lluvias.  Una mierda. Seguí mirando los días posteriores y nada, la cosa no cambió. Viernes 13 nublado, sábado lluvia. Mejoró un par de días antes cuando las probabilidades de lluvia comenzaron a bajar. Y bueno, podía haber viento y frío, pero conque no lloviera ya me conformaba.  

Además me cuidé en todo sentido de no tomar frío, de tener mucho cuidado en el asunto de manejar tranquilo y no chocar con el auto, de trabajar cuidadosamente para no sufrir accidentes, rogar que los chicos no se enfermen, en fin, cuando uno espera tanto un momento especial tiene cierto tipo de miedos, como les debe pasar a los novios cuando organizan una boda, o a mi familia este último tiempo, ya que el domingo 15 organizamos el bautismo y primer añito de mi segundo hijo.

Además, tanto a mí como a los fans bruceros con los que suelo estar en contacto, nos asombró la poca difusión que se le dio al concierto. Es decir, nada de carteles gigantes al costado de la autopista, ni afiches por todos, lados, y casi nada de promoción televisiva. Sí en cambio se hablaba de BLUR, ALICIA KEYS, IRON MAIDEN (que ya son tan habituales en Argentina como en su momento lo fueron THE RAMONES), BLACK SABBATH, BON JOVI, MACEO PARKER… Pero uno esperaba que el regreso de Bruce tras 25 años tuviera la impronta que se le suele dar a los conciertos de MADONNA o U2. Es más, muchos esperaban que fuera en un estadio, de hecho, alguien poco popular en estas pampas como lo es STEVIE WONDER, se presentará en un estadio para 40.000 personas en diciembre.

Al final llegamos a la conclusión de que FENIX, la productora encargada del show, supuso que sin mucha publicidad y gracias a las redes sociales se venderían todas las entradas. De hecho hubo 15000 personas, al menos eso se señala en los medios.

También se hablaba de un concierto en la provincia de Córdoba el lunes 16, cosa que al final ni se concretó ni se anunció, lo cual nos llevó a especular con una segunda fecha en Buenos Aires, cosa que no pasó, y viendo lo lluvioso y horrible que está el día en el que estoy escribiendo esto, agradezco que no haya sucedido.

Lo cierto es que el show considerado “EL MEJOR QUE HAY EN EL MUNDO EN ESTE MOMENTO” por la revista ROLLING STONE, parecía destinado a pasar sin pena ni gloria por Buenos Aires. Y más después de pasar por CHILE, donde sólo lo vieron 8000 personas en un estadio para 15000. Aunque la prensa chilena ya lo consideró como el mejor show del año.

Es más, al llegar al estadio noté muy pocos “trapitos cuidacoches” (de hecho los pude evadir y evité ser víctima de esta actividad extorsiva que se vive en cada concierto). Incluso vi muy poco movimiento al llegar al estadio cuando todavía faltaban 2 horas para que comenzara el show. Entré tranquilo al sector uno del Campo Vip, y encontré muy poca gente. Me daba por las bolas que en un estadio para 20.000 personas hubiera a lo sumo 5 o 6 mil. Pero la gente empezó a llegar mientras el hijo del malogrado Pappo, el señor Luciano Napolitano, nos deleitara con su excelente manejo de la viola, canciones de su padre y sus odas al barrio, al vino tinto en tetra-brick, los cabarets y la joda con amigos.

En la previa la gente del fans club GREETINGS FROM ARGENTINA, intentó calentar al estadio con el “oh, oh” característico de BADLANDS pero no hubo caso, a pesar de que muchos lo intentaron, la gente estaba cagada de frío y, supongo yo, guardando energías para un show que de antemano se sabía que iba a durar mas de 3 horas.

Pero a las 21:12, con todo el frío en la ciudad arrancó el show que mas esperé en mi vida. Y al contrario de cómo empezó en chile, esta vez la troupé se despachó con THIS LITTLE LIGHT OF MINE, una canción spiritual compuesta en los años 20 para después sí despacharse con WE TAKE CARE OF OUR OWN (cuidaremos de nosotros mismos) el hit de su rabioso disco WRECKING BALL.


Para mí fue hermoso ver en persona no sólo al jefe, sino también a Nils Lofgren con su galera negra, al gran Roy Bittan en los teclados, a Max Weinberg en la batería (un maestro del beat), a Steve Van Zandt y a Gary Tallent en el bajo, porque la E-STREET BAND, no es una banda sino una gran familia que está junto al Boss desde hace 40 años, son tipos que siempre quise tener cerca, apreciarlos, mirarlos, disfrutarlos. Y sí, ya no están Dany Federici ni el gigante Clarence Clemons (ambos fallecidos recientemente y además dos históricos de la banda), pero está el sobrino de Clarence, Jay Clemons, que se toca la vida, y además una sesión de vientos impresionante, y percusión y violín, y un coro Gospel, lo que en total hizo que delante de tus ojos tuvieras a una banda de la reputa madre. Bien afilada y atenta cada vez que EL JEFE decide salirse de la lista de temas.

La crónica del concierto la van a encontrar en muchas páginas web. Como por ejemplo esta del diario PAGINA 12:

“A sus 63 años, y con una increíble lozanía, fue y vino cuantas veces quiso por el escenario, por las pasarelas a los costados, o la que llegaba al mangrullo para colgarse de éste durante la interpretación de “Darlington County” (de Born in the USA, el disco más visitado en la noche, con ocho temas). Springsteen se zambulló entre en público, sin dejar de cantar ni perder el micrófono, se llevó los carteles con pedidos de canciones (que complació en los altos decibeles de “Cover me”), bailó con las chicas (“Dancing the Dark”) e hizo subir a un nene que cantó en la triste pero upbeat “Waitin’ on a Sunny Day”.

O ESTA DEL ACOPLE.COM

“Nada es guionado en un concierto de este hombre, y todo puede suceder; como en una misa religiosa, Bruce nos pregunta si sentimos el espíritu. Sí, queremos gritar que sí. Lo sentimos. Una nueva cuenta y largan con “Spirit in the night”. El momento perfecto para que el cantante se pasee por todo el estadio. ¿No pudiste pagar la entrada más cara para estar adelante? El Jefe lo entiende. No te preocupes que él va hasta vos. Corriendo de una punta a la otra, desde adelante al fondo, chocando los cinco con la mayor cantidad de manos posible, surfeando entre la gente; Dios mosheando entre sus discípulos. Todo esto mientras Jake Clemons lidera con su solo de saxo esa escuela musical que todo lo puede que es la E Street Band, una banda de 17 personas donde ninguna sobra; todos son igual de importantes, los que son y los que fueron parte. Clarence Clemonsestá presente esta noche.”

O como leí en otra: “Nunca se vieron tantas caras de felicidad en un concierto”

Porque en el fondo yo creo que más que un concierto fue una fiesta. Que si no participás mucho, el mismo Bruce corre por las pasarelas y te viene a buscar para que lo hagas. Y de repente se te puede arrodillar y cantar “HUNGRY HEART” mirándote a los ojos, como le paso a un chica, o sacar a un chico del publico y hacerle cantar el coro de WAITING ON A SUNNY DAY mientras el padre de ese niño se deshace en lágrimas, o ir hasta el mangrullo y colgarse de ahí para alcanzar las manos de los que estaban atrás.  Y sacar a bailar una chica en “Dancing in the dark” y hacer subir a otra a tocar la guitarra en el final de la canción. O cuando bajó a buscar un cartel con forma de reloj que de un lado decía “¿WHAT TIME IS IT?”  Y del otro “IT’S BOSS TIME” para subirse al escenario llamar a su compadre Steve y representar una de esas tantas postales que siempre quise ver, la de estos dos grandes compartiendo micrófono y divirtiéndose como dos adolescentes. Es que Bruce transmite eso: vamos a vivir este momento como si fuera el último de nuestras vidas, y además no se comporta como una estrella, sino como uno más de nosotros, derribando todo el tiempo la barrera entre público y escenario.

En lo personal me recuerdo corriendo por todos lados para tratar de chocar los 5 con él pero no lo logré. También bailando a un costado con “Shackled and drown”, cantando “41 SHOTS” como si estuviera en una misa, emocionándome con BOBBY JEAN, contemplando la emoción de un tipo de mi edad que lloraba mientras Bruce cantaba “Thunder road” (a mi entender una de las mejores canciones que jamás se hayan escrito), y sobre todo muy pero muy feliz de estar ahí, en el mejor concierto que vi en mi vida, lejos, y eso que ya los he visto a casi todos.

Prometió volver, sí, cosa que sé que va a cumplir, porque del asunto de las promesas y los sueños de la gente, el tipo sabe bastante.

Así que bueno, en cada concierto de Bruce Springsteen el mensaje es claro:

“Esto es una fiesta, y si la fiesta sale bien, si todos somos felices en ella, nunca la vamos a olvidar y ese recuerdo feliz lo guardaremos en nuestros corazones por siempre.”

Gracias Bruce, volvé pronto, te estaremos esperando.


4 comments:

Anonymous said...

Genial!! Tu crítica me representa plenamente. Fue uno de los mejores shows de mi vida ( ya también vi muchos), lo esperaba desde ese histórico 15 de octubre de 1988, maravilloso pero con sabor a poco. Ojalá vuelva!!

Anonymous said...

Perfecta noche que nunca pense vivir !!! Muy buena cronica, emociona !!!

Anonymous said...

Hermosa critica, me emociono..el recital estuvo increíble, lastima que no canto muchos de sus clásicos...creo que si escuchaba Tunnel of Love o Human Touch en vivo, me moría. Tengo 28 años pero lo escucho de toda la vida gracias a mi Papa. Bruce paso corriendo a tres metros de mi lugar...lo vi angelado, con luz propia, hasta me sorprendió lo bajito que era por que en el escenario se ve inmenso. Entro con una sonrisa que nunca se le desdibujo y obvio que entendí por que le dicen The Boss!

Merrick said...

Buenísmo leer reseñas del recital y saber que todos sentimos lo mismo. Yo hice la mía pero no creo que transmití "el espíritu" tan bien, así que linkié esta y otras que encontré por ahí. La mía está acá: http://www.mediosospechoso.blogspot.com.ar/
Un saludo!

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