Creo que antes de arrepentirse de haber hecho algo en cierto momento debido a las consecuencias negativas que se vislumbran en el presente, conviene pensar si en el momento de hacer ese algo uno estaba convencido de lo que hacía. Si es así, entonces el arrepentimiento se convierte en la aceptación del problema y en voluntad para resolverlo. Es decir, no te equivocaste cuando lo hacías porque en ese momento estabas convencido de que era lo que tenías que hacer. El fracaso no es una opción.
Advertencia: no válido para asesinos y genocidas.
La foto que ilustra este post corresponde a la película Rescue dawn del alemán Werner Herzog.
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