Sunday, August 27, 2017

NIETZCHE



Nietzche proclamó la muerte de Dios, así sin más. Dios ha muerto, Dios se fue, listo, ahora hay que empezar a construir todo de nuevo. Y ahí se encontró con que la muerte de Dios dejó un vacío donde antes había certezas, un vacío que había que llenar con una nueva moral.
Entonces dijo que el hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza. Y también dijo que de ninguna manera, como se creía antes, somos la coronación de la creación. Sostuvo que el individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu y que ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.
También afirmó que tendríamos que tener la capacidad de ver el mundo “tal cual es” y no como “debería ser”. En otras palabras, cortala con los ideales y bajá a la tierra. Ponete a laburar desde acá, desde este nivel de la realidad y no pensando en el allá.

¿Qué te pasa por la cabeza si yo te digo que en realidad el mundo es perfecto tal cual es?
Puede que lo tomes de dos maneras:
Uno: es la pelotudés más grande que escuchaste. Dos: encontrás en esta afirmación una nueva manera de encarar la realidad.
Puede que pienses que es imposible que este sea un mundo perfecto habiendo tanta injusticia y tantas cosas por mejorar. O bien puede que pienses que es un mundo lógico en donde cada uno lucha por su supervivencia y sabe bien que para eso tiene que competir con los demás. Un mundo en el que si sos débil no vas a tener muchas oportunidades de avanzar, un mundo en que los que son más fuertes que vos te van a pasar por arriba. Es decir: el mundo es así, hay luchas de poder, miseria, avaricia, abundancia, alegría, tristeza, honestidad, lealtad, corrupción, traiciones, asesinatos, injusticias, y la lista sigue. El mundo es así y tenés que adaptarte a él, aceptarlo tal cual es y aceptarte tal cual sos para después ver qué cosas podés mejorar, qué cosas podés cambiar.
Y al pensar que el mundo es perfecto tal cual es, deshechas el mundo ideal, ese mundo imposible que habita en la cabeza de los soñadores. Aceptando eso te situás mejor en el mundo real, lo detestás menos, ponés los pies en la tierra y a partir de ahí toda esa energía que usás para quejarte, putear, indignarte o sufrir debido a que la justicia nunca llega, la podés redireccionar hacia una visión más realista y positiva, una visión de la cual puedan surgir nuevas cosas. Una visión que surge de cuestionar los valores establecidos.

Para Nietzche ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes. Para Nietzche tener fe significa no querer saber la verdad. Para algunos fue un pensador inquietante, incorrecto y provocador. Para sus detractores fue el inspirador del nazismo.

“Nietzche, te hace repensar las cosas. Yo lo empecé a leer y me dije: este tipo es un hijo de puta, es una mala persona, no merece consideración alguna, no sé cómo alguien se lo puede tomar en serio, no vale la pena. Aparte es un pedante tremendo, en ECCE HOMO, uno de sus últimos libros, ha titulado algunos capítulos con frases como POR QUÉ SOY TAN INTELIGENTE – POR QUÉ SOY TAN SABIO – POR QUÉ ESCRIBO TAN BUENOS LIBROS -. Sin embargo uno empieza a leerlo, medio burlándose de él y empieza como a”picotear” algunas ideas y a los dos meses ya estás enganchado mal y estás pensando como él.
¿Y por qué se engancha uno? ¿Qué traen esas ideas que uno empieza a picotear? Una sensación de afirmación, de estar bien en sí mismo, de ser capaz de aceptar y querer lo que uno es. Leer a Nietzche es como aprender a pensar a favor nuestro. “
                  
Alejandro Rozichtner


Friedrich pierde a su padre  Carl Ludwig Nietzsche, pastor luterano, a los cinco años. Un año más tarde pierde a su hermano menor. Entonces, en algún momento, o quizá en varios momentos, Nietzche se preguntó aquello que día a día se preguntan millones de personas cada vez que sufren una injusticia o la desgracia de una pérdida irreparable: ¿Por qué Dios castiga tanto?
Podés aceptar ese castigo porque Dios así lo quizo y él sabrá por qué; enojarte con Dios por un tiempo y después reconciliarte o dejar de ser un cristiano y convertirte al ateísmo tal cual lo hizo el pensador que hoy nos ocupa.
Hoy en día, ciento diecisiete años después de la muerte de Nietzche, cada vez más personas entienden que el mundo opera y funciona muy bien sin la necesidad de una intervención divina. Pero se me ocurre que en esa época no era tan sencillo y tan común tomar una decisión como esa, una decisión por demás angustiante.
Sin Dios se abría todo un panorama nuevo. Había que darle sentido a un universo sin Dios. Y ahí es cuando Friedrich encuentra consuelo en el ateísmo y en las ideas de Schopenhauer, filósofo pesimista si los hay.

“Sin la sanción y el castigo divino, el sufrimiento humano es incomprensible”

Arthur Schopenhauer

Para Schopenhauer, toda vida terrenal es esencialmente sufrimiento, y aún cuando el hombre consigue mitigar o escapar momentáneamente de él, termina por caer de manera inexorable en el insoportable vacío del aburrimiento.
Ahora, para escapar del mundo, Schopenhauer no valida el hecho de suicidarse. Pero en cambio nos sugiere tres alternativas.

1-      La contemplación desinteresada de las obras de arte
2-      La práctica de la compasión
3-      La autonegación del yo mediante la vida ascética.

Y es en esa idea de escapar al sufrimiento por medio de la contemplación y el disfrute del arte que Nietzche prácticamente se enamora de Wagner, de quién sostiene que su música representa un ideal precristiano, simbolizado por Dionisio, el dios griego de la embriaguez y el exceso, un dios con absoluta insensibilidad a la tristeza, el dolor y la tragedia.
Entonces Friedrich ve en este “remontarse al mundo precristiano” una línea por la cual empezar a construir una moral para un mundo sin dios. Y tras varias obras llega la que sería su obra cumbre: Así hablaba Zaratustra (Un libro para todos y para ninguno), donde nos habla de la muerte de Dios, del superhombre, de la voluntad de poder y del eterno retorno, entre otras cosas.
Le siguen Mas allá del bien y del mal, dónde para él deben situarse los espíritus libres, La genealogía de la moral, donde se dedica a revisar y a cuestionar el origen de nuestros valores y El anticristo, libro en el cual realizó una ataque intempestivo al cristianismo, donde lo acusa, entre otras cosas, de privarnos del goce del cuerpo, de “desterrar al cuerpo de la cultura”. Entonces para Nietzche, negar a Dios será la única forma de salvar el mundo.

Algunos estudiosos de su obra sostienen que era un hombre de reacciones tardías, ya que escribió un libro como El anticristo veinte años después de renunciar al cristianismo. Incluso sostienen que sin Nietzche, probablemente no hubiera habido un Freud.  

Además es un transmutador de valores por excelencia. La primera vez que lo lees, te da una trompada en la cara, te hace enojar, pero a la vez hace que ese enojo de alguna manera te resulte encantador. Cuando abrís un libro de Nietzsche, te encontrás con alguien que te dice: ¿sabés qué? Todo lo que creíste hasta ahora es falso, todos los dioses a los que adorás tienen pies de barro. Dios está muerto. A partir de ahora, estamos solos, y como seres humanos debemos afrontar el vacío que ha quedado tras su muerte. Debemos pensar y crear una nueva moral, una moral sin Dios.
También nos dice que el hombre debe dejar de mirar hacia arriba y en cambio mirar a sus pies. Porque el hombre es algo que debe ser superado, es un puente y no un fin. El hombre de ninguna manera es la coronación de la creación.
Fuerte, ¿no? Y si hoy en día te parece fuerte, imaginate cómo habrá sonado allá por 1880, cuando se publicaban sus obras…

Nietzche te dice muchas cosas: te habla de cultivar un espíritu libre que esté más allá del bien y del mal. Te aconseja que te hagas amigo de tus propios fantasmas, que aprendas a convivir con ellos. Y en el fondo lo que Nietzche pretende es que al lograr pensar por vos mismo, no lo respetes, sino que lo pasés por encima, que te cagues en él y sigás adelante, que ejerzas tu voluntad de poder. Como bien dijo el novelista Will Itself, “la filosofía de Nietzche no es una guía para que pienses como él, sino para que pienses por vos mismo

Porque Nietzche quiere que explores las virtudes y los defectos de tu cuerpo, porque para él todo conocimiento tiene su origen en el cuerpo. Ese cuerpo al que el cristianismo, según sus propias palabras, desterró de la cultura. Nos dice que aunque la sociedad quiera hacernos creer que somos todos iguales, en realidad somos todo lo contrario y que eso no debe ser corregido. Nos dice que hay gente mediocre y gente espiritual, gente que afirma la vida con toda su fuerza y que de acuerdo a esa manera de ver las cosas merecen un trato distinto. Nos dice que es natural que haya fuertes y débiles, que debemos aceptarlo y entender que no está mal que el pez grande se coma al chico, porque la vida es una lucha constante por imponer lo que somos. Nos dice que en un principio, todas las pasiones son estúpidas, hasta que con el tiempo se van modelando y educando, adquiriendo cierta espiritualidad. Nos dice que estar de acuerdo con lo que dice la mayoría, no es propio de un espíritu libre y que hay que renunciar a ese acto de mal gusto. Que si tenés la voluntad de querer algo tenés que desplegar todas tus fuerzas para conseguirlo y además vencer a la oposición que te presentan los demás. Que tenés que ver a esa oposición, no como algo negativo, sino como un obstáculo necesario y natural que va a probarte de qué estás hecho, y cuánto de firmeza hay en tus ideas y en eso que querés. En resumen, Nietzche pretende que a través del conocimiento sepas si sos una persona valiosa o sólo uno más del rebaño.

Y para terminar: ¿sentiste hablar del eterno retorno? Bueno, imaginate que estás durmiendo, de repente te despertás y en la ventana ves a un demonio que te dice que de ahora en adelante tu vida, tal cual la viviste y tal cual la vas a vivir se va repetir indefinidamente, infinitamente, exactamente como la estás viviendo, ¿qué te parece eso? ¿No te haría replantearte cómo estás viviendo tu vida?

Esta posibilidad se nos muestra terrible ya que, según Nietzsche, vivimos la vida sin la intensidad necesaria y sin la pretensión y anhelo de convertir cada instante de la vida en algo maravilloso en sí mismo hasta el punto de justificar la existencia. Nietzsche afirma que el Superhombre es quien considera el eterno retorno como algo muy positivo ya que ha sido capaz de crear una vida tan intensa y genial que la posibilidad de que esta vida pueda ser repetida infinitas veces le parece maravillosa. Ante la elección de repetir la misma vida o de tener otra vida diferente, el Superhombre no puede sino desear volver a vivir la vida que él considera perfecta e inmejorable.

Asi que bueno, fijate qué te produce Nietzche, fijate qué cosas podés tomar de él y cuáles no, pero sobre todo tratá de pensar por vos mismo, es lo mejor que podés hacer. Y a partir de ahí afirmar la vida desde tu visión del mundo.

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