Monday, November 09, 2009

BIENVENIDO EL HAMBRE



De repente tener hambre parece ser un buen síntoma. Tener hambre y tomar eso como un símbolo de la buena salud que podría estar en camino. Puede parecer tonto, pero darse cuenta que hambre y hombre se diferencian en tan sólo una letra cuando es la 1 de la mañana y te sentís aburrido, resulta ser el mejor de los chistes en un lapso de 2 horas como mínimo. Y está bien, podría decirse que el hambre y el hombre están unidos simbióticamente y demás vagabundeos poéticos tan propios de la patafísica más disparatada, pero es sólo una travesura del idioma, ya que en el inglés (por tan sólo citar algo) man y hungry se diferencian tanto como… ¿cómo qué? hay tantos ejemplos… y todos los que tengo en mi cabeza me parecen tan banales y tan poco imaginativos que elijo no poner ninguno y de paso me ahorro de allanar el camino hacia el entendimiento de lo que quiero decir. Salta a simple vista: son diferentes y punto. Preferible eso a una vanidad que derrape estupidez en un papel que no es un mantel sucio sino un intento de ordenar las letras dentro de palabras que transmitan algo de dignidad. Acá el asunto es que tengo hambre y que gracias a la imposibilidad de poder saciarlo en este momento salió este pequeño texto que no es más que una muestra de lo que pueden generar las complicaciones. Así y todo, cuando alguien escucha o lee algo que no le gusta suele decir, entre otras cosas: Che ¡Qué hambre que tiene ese! ¡Dale un sanguche y que se calle!

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