Mañana es 18 de noviembre. Para muchos un día como cualquiera, para otros un día de miércoles, para otros un día nefasto y para otros un día de acontecimientos muy significativos. En mi caso, este 18 de noviembre será el día de mi segunda entrada a un quirófano ya que mañana debo operarme por segunda vez de hernia inguinal. Y digo por segunda vez no sólo porque hace 3 años me operaron de lo mismo, sino porque aquella vez fue del lado izquierdo y ahora le toca al lado derecho. Debilidad de los tejidos que le dicen. El asunto es que aquella vez lo encaraba de otra manera porque, aunque me dijeran que el posoperatorio era díficil, todavía era algo por vivir. Ahora que ya sé qué es, lo encaro desde otra óptica. Otra vez la faja puesta las 24 horas, los dolores de espalda, el hecho de no poder nada de fuerza al menos durante 15 días, no poder subir escaleras, etc... Tampoco es el infierno, pero a los tipos inquietos como yo les jode mucho tener que entrar a boxes. Parar el ritmo que venía trayendo y todo eso. Aunque esto, como todas las cosas, tiene sus partes buenas y sus partes malas. Porque pienso empacharme de cine en formato Divx, leer, escribir y todo aquello que requiera más esfuerzo intelectual que físico, siempre y cuando, claro está, la voluntad de mi hijo y todo su ansia por conocer los rincones todavía inexplorados de la casa lo permita. Pero bueno, todo momento que se espera tiene 3 partes: llega, ocurre y se va. Pasa y queda en el tiempo como un recuerdo, un "te acordás aquella vez que..." Son capítulos que se suman y van engrosando esta vida que por momentos pareciera un tanto novelada. Este podría decirse que es un capítulo de transcisión, un poco lo que para un jugador de fútbol es recuperarse de una de esas lesiones que lo mantienen marginado de los campos de juego. Así que bueno, querido y entrañable señor bisturí, reparador de esta pequeña lesión, yo que pensé que no nos volveríamos a encontrar... Allá Vamos!!!
No comments:
Post a Comment