Lunes otra vez diría esa canción de Sui Generis. Lunes otra vez. Lunes en medio de tantos feriados puente. Otro fin de semana largo y ya me estoy mal acostumbrando. Es una sensación nueva esta de los feriados puente. Se llenan las rutas. Otra vez el móvil de TN en el peaje de Hudson. El tiempo en la Feliz. La hotelería ocupada en un 80 %. Es como si el verano no se terminara de ir. Muchos nos quedamos en casa. Algunos por cuestiones económicas. Otros porque odian las rutas congestionadas. Y otros porque sí, porque no siempre hay que hacer lo que otros hacen, o lo que nos dicen que otros hacen que tampoco es la gran mayoría. Lo mejor es descansar. O aprovechar los días para adelantar cosas. Y todavía falta semana santa… Y tampoco estamos tan lejos del Día Osvaldo que sugería aquella publicidad de cerveza Quilmes.
Lo cierto es que me estoy mal acostumbrando a estos feriados nuevos. ¿Cómo será dentro de 50 años? ¿Alguien se atreverá a derogarlos una vez que la hegemonía K deje el poder? ¿Se lo vamos a permitir? Y si ocurre ¿cuánta popularidad e intención de voto perderá el que se atreva a semejante cosa? ¿En el futuro estos feriados serán vistos como una auténtica medida populista y alocada? ¿O se harán parte de nosotros como cada uno de los otros feriados, esos que tenemos en el calendario desde que nacimos? Al ser nuevos siempre está la sensación de que estas cosas no van a durar para siempre. Es algo muy de los argentinos: aprovechá ahora porque nunca se sabe. El Gobierno K fue el único que se atrevió a poner nuevos feriados en nuestros almanaques, mal que les pese a todo aquel que tenga que pagar sueldos. Y son tan nuevos, están tan frescos, que uno a veces piensa que se irán junto con los K. Vamos a ver qué pasa los próximos años. Lo cierto es que me está gustando. Tener más tiempo de ocio y esparcimiento. Más tiempo con los míos. Más tiempo conmigo. Y la palabra Puente ahí en el medio, entre nosotros y el descanso…
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