CONFESIÓN
Fue a conciencia pura que perdí tu amor
Nada más que por salvarte
Hoy me odiás y yo feliz, me arrincono pa’ llorarte
El recuerdo que tendrás de mi será horroroso
Me verás siempre golpeándote como un malvado
Y si supieras bien que generoso fue que pagase así
tu buen amor
Sol de mi vida, fui un fracasado
Y en mi caída, busqué de echarte a un lado
Porque te quise tanto, tanto que en mi rodar
Para salvarte, sólo supe hacerme odiar
Y hoy después de un año atroz te vi pasar
Me mordí pa’ no llamarte
Ibas linda como un sol, si se paraban pa’ mirarte
Y yo no sé si el que te tiene así se lo merece
Sólo sé que la miseria cruel que te ofrecí
Me justifica al verte hecha una reina
Pues vivirás mejor lejos de mí.
Hasta aquí la letra. Una terrible expresión del machismo más mediocre que existió en gran parte del siglo pasado. El tipo era un hijo de puta pero él no va a decir ni a reconocer que era un hijo de puta, sino que va a afirmar hasta el día que se muera que la quiso tanto que si la hacía sufrir era por el bien de ella. Encima va y dice “Y si supieras bien que generoso, fue que pagase así tu buen amor” ¡Qué sorete! Tenés que darme las gracias porque gracias a que yo te cagué a palos ahora estás hecha una reina. Pero recién después de afirmar eso, recién ahí, el tipo reconoce que es un fracasado. Esa mujer podría haber sido una reina sin sufrir tanto, ¿no? ¿Es lo mismo un hijo de puta que un fracasado? ¿El tipo en realidad la quería? Es obvio que no, pero tal vez, y poniéndome un poco del lado de él, más que nada para ver si lo puedo entender un poco, hacerse odiar era la única manera que tenía de hacer que ella dejara de quererlo. ¿Y por qué quería dejar de hacerse querer? Es obvio que él no la quería y que ella lo quería demasiado. Y aunque suele ser un poco cruel, pareciera ser que el hacer que la otra persona nos odie es como hacerle un favor, porque sólo de ese odio podrá sacar la fuerza que le permita salir adelante lo más rápido posible. Pero también es una lotería, porque ese odio podría volverse contra nosotros en forma de venganza, en forma de obsesión que nos va a perseguir para no dejarnos tranquilos. O puede que ese odio que le sirva a la otra persona para seguir adelante sin nosotros la lleve a cometer todavía errores más graves. Yo creo que nada que provenga del odio puede llegar a ser bueno, ni para nosotros ni para la otra persona. Creo que no hace falta la crueldad y el mal trato para que la otra persona entienda que ya no nos pasa nada fuerte con ella. El tema es que a veces, y más allá de que sea un acto totalmente egoísta, pareciera ser necesario. Pero algo hay que decir del momento en el que el tipo dice que después de un año atroz la vio pasar y se mordió para no llamarla. Al verla seguro que le pasó algo, y más si después de provocar el fin de esa relación la vida del tipo fue una mierda. Me da la sensación de que si pudiera volver con ella lo haría, más allá de que no la quisiera mucho, pero lo haría simplemente porque ya no quiere estar solo, o porque la brújula que lo orientaba se volvió loca y perdió su norte. Además, da por entendido que ella ya está con otra persona, lo cual puede ser una suposición de él. Tal vez los que la tienen así y la contienen son sus amigas y su familia. ¿Por qué tiene que ser otro hombre? El tema es que cuando se cruzan, a simple vista ella parece estar arriba y él abajo, y entonces, para no cortarse las venas, el tipo necesita basarse en que si ella está así de linda, su crueldad de alguna manera fue un triunfo. Es un consuelo de tontos, pero hay que reconocer que esos consuelos de tontos muchas veces salvan vidas.