“Algunos supondrán que, por mi manera de ser, propensa a la melancolía y el pesimismo, estos 90 años con los que cargo encima acabarán por desalentarme; sin embargo, es todo lo contrario.”
El primer libro de Sábato que leí se llama SOBRE HEROES Y TUMBAS. Una de esas obras que me costaba dejar de leer, con una trama oscura y fantasmal, con el descenso a los infiernos de la dinastía aristocrática de los Vidal Olmos, y el personaje de Alejandra, tan oscuro y tan tortuoso para Martín, el protagonista. Y en el medio, como surgido de la nada, el INFORME SOBRE CIEGOS, una épica tremenda que nos muestra las zonas más oscuras de ese Buenos Aires de 1955, con la secta de los ciegos manejando los hilos por detrás de las cortinas y un entramado de túneles que van desde el colegio Nacional Buenos Aires hasta la antigua Aduana. Cuando le preguntaron a Sábato qué sentido tenía la ubicación del INFORME SOBRE CIEGOS dentro de la obra (Ya que en nada se relacionan), él respondió que sentía que tenía que estar ahí, que no había ningún hecho racional que lo justificara. Los que saben dicen que primero hay que leer EL TÚNEL, después SOBRE HEROES Y TUMBAS, y por último ABADDÓN EL EXTERMINADOR. Yo hice todo al revés. Y luego los leí en orden. Pero eso no es nada más que una anécdota. Son tres libros magistrales. Atractivos por su oscuridad.
“Ser original es en cierto modo estar poniendo de manifiesto la mediocridad de los demás.”
El asunto es que ayer, a la edad de 99 años, dejó de estar entre nosotros un escritor formidable. Nacido en Rojas en 1911, hincha de Estudiantes de la Plata, Se doctoró en Física y se fue a París, lugar donde fue becado para trabajar en el laboratorio Curie como investigador científico. Un poco desilusionado de la ciencia, se conectó con surrealistas de la talla de André Bretón, encuentro que no hizo más que potenciar su tímida vocación literaria. En 1945 vuelve a la Argentina para dictar clases en la Universidad de la Plata, hasta que es destituido luego de escribir un par de textos en contra de Juan Domingo Perón en su libro UNO Y EL UNIVERSO. En 1948 publica EL TÚNEL, y en 1962 llega SOBRE HEROES… libro que obtiene un gran éxito y que un poco lo convirtió en un formador de opinión de esta sociedad. Ya en 1974 publica ABADDÓN, la que sería su última obra literaria, luego sólo escribiría ensayos y reflexiones.
Fue uno de los tantos intelectuales que apoyaron al régimen militar, pero luego no sólo se retractó sino que fue uno de los que más trabajó en el famoso informe de la CONADEP (solicitado por el entonces presidente Raúl Alfonsín) que luego se publicaría con el nombre de NUNCA MÁS, y que es conocido por muchos como el informe Sábato. En él se detalla con precisión el plan de exterminio llevado a cabo a partir de 1976, con la ubicación de los centros clandestinos de detención y las torturas a las que eran sometidos los detenidos. Residiendo en Santos Lugares, cada cumpleaños recibía la visita de importantes políticos y figuras del ambiente, a las cuales se agasajaba con chocolate y medias lunas. Vivió hasta los 99 años, iba a cumplir 100 el próximo 24 de junio, pero una bronquitis no quiso que llegara, porque los microbios no tienen almanaques, a ellos no les importan esas cosas tan propias y a veces un tanto absurdas de los seres humanos. Como escritor se lo extrañaba mucho, bastaron 3 libros para ubicarlo entre los más grandes de este país. Que descanses Ernesto. Gracias por tus libros, gracias por los túneles.
“La vanidad es tan fantástica, que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros una vez muertos y enterrados.”
ERNESTO SÁBATO.
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