Algo de Alejo Winograd (que supongo no tiene nada que ver con Jacobo) que encontré en una nota perdida en las páginas de la revista Ñ:
"Mientras la mayor parte de las abejas va y viene entre la colmena y las flores de las que extraen el polen, un pequeño grupo cumple misiones de exploración. Cuando una de esas misiones tienen éxito, la exploradora regresa a la colmena e informa del hallazgo a través de una danza. Durante siglos esta conducta ha fascinado a los observadores más diversos. Y, en mi opinión, eso se debe a que nos recuerda uno de los impulsos más antiguos y más profundamente arraigados de los seres humanos: salir en pos de lugares nuevos y volver para contar qué fue lo que vimos y qué lo que nos pasó en el curso de la búsqueda."
Me encantó porque define un poco eso que nos pasa cuando estamos viviendo un momento lindo en alguna parte, es ese típico pensamiento de "cuando vuelva les voy a contar todo esto". Es ese "yo estuve ahí, donde muchos quisieran estar" o "viví eso que todos quieren vivir", y entonces el sentimiento se desborda y fluye por la boca, o por las manos que no paran de entintar la hoja o de aporrear un teclado. Supongo que así deben sentirse los corresponsales de noticias internacionales. O los que se van de vacaciones. O los que se la pasan viendo que hace el vecino para publicarlo en el vecindario. En fin, ver para contar. Algo por demás esencial en nosotros mismos.
La imagen es la de la famosa abejita del video de la canción NO RAIN de Blind Melon.
2 comments:
Me gusta esa idea.
También sirven las experiencias ajenas en todo caso.
Cuando uno no pasó por algo invita a la imaginación a pensar la posibilidad cuando alguien te cuenta su experiencia.
Todo un viaje, je je.
Salú
JAJa! aunque bueno... no hay nada como estar ahí!!! Ya que está te aviso que te podés decargar mi libro desde este blog, saludos!!!
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