LA GRIPE PORCINA

Hay un nuevo virus (otro más y van...): la gripe porcina. Ataca con todo y es fulminante. Y lo más loco es que el contagio es sumamente sencillo, basta que alguien estornude cerca tuyo y ya está, como cualquier gripe. Es muy loco lo que se ve en el DF mexicano: gente con barbijo, espectáculos cancelados, fútbol a puertas cerradas, chicos sin clases, restaurantes que sólo pueden hacer envíos a domicilio... incluso la cadena TELEVISA ya habla de ir suprimiendo los besos en las telenovelas. Quién lo hubiera imaginado, suena como una novela de Stephen King o de José Saramago (salvando las distancias en cuanto a la calidad literaria de uno y otro). El otro día estaba escuchando la radio. Gabriel Schultz contaba una escena de la película EPIDEMIA (1995, dirigida por Wolfgang Petersen)que ocurre en una sala de cine: en la misma una de las personas estornuda y todas las que están en la sala mueren. En el año 1995 sonaba imposible, pero hoy podría decirse que no estamos tan lejos. Acá en la Argentina la clase media ya salió a comprar los pocos barbijos que hay en las farmacias. Todavía no hay reportes de gente infectada pero la realidad es que a partir de la intromisión del Kirchnerismo en el INDEC (Instituto Nacional de estadísticas y censos) ya nadie confía en las cifras oficiales, es más, lo que se sospecha es que para tener una cifra más aproximada a la realidad hay que tomar el dato oficial y duplicarlo. La organización mundial de la salud ya elevó el nivel de alerta de pandemia de nivel 4 a nivel 5. Obama ya informó que el primer muerto de gripe porcina en USA es un bebé. Es horrible pero cierto. Los que dicen que el apocalipsis está muy cerca están de parabienes. Los especialistas recomiendan lavarse las manos de manera frecuente y estornudar tapándose la boca con el antebrazo. Intuyo que las empresas de limpieza tendrán que dejar de escatimar el jabón líquido. Comienzo a imaginar gente con sus pomitos de Pervicol en el bolsillo, saludando de lejos, comunicándose con otras persona sólo por teléfono o chateando desde su casa. Suena como un cuento pero bueno, lo cierto es que a partir del ataque a las Torres Gemelas los límites entre ficción y realidad comenzaron a acercarse demasiado. Habrá que ir imaginando nuevos mundos imposibles, pero eso sí, en casa y luego de lavarse las manos.