Hoy es un día frío, uno de esos bien otoñales. Lo extraño es que es un día que me llena de entusiasmo. En realidad no es extraño, ya que en mí es algo muy común. El frío te lleva a estar adentro de casa, a encender la estufa, a tomar algo caliente, en fin, a generarte un ambiente propicio para la creación, tanto literaria como musical. Así y todo esta friolera era algo que se necesitaba: basta de mosquitos y de gérmenes oriundos de la prolongación del clima tropical. "Este frío mata todos los bichos" es la frase que más escuché en el día. Por otro lado me puse a navegar y me enteré que Ray Loriga, uno de los tantos escritores que marcó a fuego mi despertar al mundo de las letras, acaba de editar una nueva novela llamada YA SÓLO HABLA DE AMOR. Siempre es una buena noticia que tus artistas predilectos sigan en actividad, más allá de que te guste lo que ande haciendo o no. Es así. Además encontré una historia escrita por él que se publicó por entregas en la revista MAN. Todas en un blog, bien juntitas, parte por parte y lista para disfrutar. Me la estoy imprimiendo, tengo ganas de leerla. En conclusión, no hay nada como el frío para encerrarse y producir. Me llaman, es hora de bañar al nene.
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