Antes no era así. Yo abría la canilla, estuviera en el lugar que estuviera, metía la boca en el pico y tomaba agua. Antes no era así. No hacía falta rociar la casa con Lisoform, bastaba con un poco de Odex y algo de lavandina. Antes no era así. No hacía falta que los productos de limpieza mataran el 99,9 % de las bacterias. Antes no era así, es decir, no se acostumbraba ese tipo de cosas. Por eso mucha gente grande se asombra cuando antes de tocar a tu hijo para decir que lindo que te salió el nene les pedís que por favor se laven las manos o les ofrecés el alcohol en gel. Antes no había alcohol en gel. Y a muchos todavía les cuesta entender que a los bebés no hay que tocarles las manos porque después se las llevan a la boca y pueden ingerir alguna de esas bacterias que ahora matan la mayoría de los jabones. Pero antes a los bebés se les tocaba las manos y no se enfermaban, y si había mortalidad infantil era por otras causas. A mí me tocaban las manos y de hecho, estoy vivo. ¿Entonces? ¿Hay más bacterias o siempre estuvieron ahí y no nos dimos cuenta? Incluso en la propaganda de Lisoform son bichos que hablan y se nos cagan de risa como los mosquitos de la propaganda de Raid. Antes no era así. En esta vida que vivo todos los días pareciera que las mujeres casadas compitieran entre sí para ver cuál es la que tiene los mejores métodos de desinfección hogareña. Los hombres somos distintos. Nos metemos el dedo en la nariz y todavía nos tienen que recordar que nos lavemos las manos antes de comer. Pero ahora hay pandemia de gripe A o N1H1 (antes conocida como “porcina”, pero se decidió llamarla de otra manera para no afectar la comercialización de cerdos) y hay que lavarse las manos antes y después de todo. Fregarlas una y otra vez mientras se canta dos veces el Feliz cumpleaños. Que los cumplas, que los cumplas, que los cumplas feliz. Listo, a enjuagarse y a secarse. Además hay que evitar tocarse, besarse, compartir el mate, no mandar a los chicos a la escuela, no asistir ni a cines ni a teatros ni a los estadios de fútbol. Por las dudas me pongo barbijo. Aunque bueno, esto es Argentina. No es México. Acá no se declaró la emergencia sanitaria a nivel nacional aunque medio que sí, pero no oficialmente. Incluso se dice que hay más muertos de los que indican las cifras que se dan a conocer. El gobierno apeló a la racionalidad de la población y recomendó no concurrir a lugares concurridos. Apeló a la racionalidad en el país más irracional del mundo. Somos particulares los argentinos. No pasa nada che, está todo bien. Pero si nos toca empezamos a temblar. Eso pasó siempre. Pero antes no era así esto de las bacterias y los virus. Casa tomada era un cuento de Córtazar y no una realidad. Son signos vitales de la crisis ambiental, dice el académico. Está todo cada vez más podrido, dicen en la calle. Cuando era chico se escuchaba lo mismo. Pero el mundo no era mejor que éste. A veces pareciera que sí, que era un mundo mejor, pero es sólo un espejismo. Lo que jode de este mundo es que tenemos que tomar precauciones todo el tiempo, algo a lo que no estábamos acostumbrados. En fin, antes no era así. Pero tampoco extraño mucho todo eso.
LES DEJO UN LINK A UN POST QUE ESCRIBÍ HACE UN TIEMPO SOBRE ESTE TEMA.
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