José Saramago falleció el pasado viernes 18 de junio víctima de una leucemia crónica en su casa de la isla canaria de Lanzarote a la edad de 87 años. Había pasado una noche tranquila, pero tras desayunar comenzó a sentirse mal y luego falleció. Así de simple. Hasta las cosas que uno intuye que pueden suceder en cualquier momento ocurren en el momento menos esperado. Según su pedido sus cenizas serán esparcidas parte en Lisboa y parte en Lanzarote. Dueño de un estilo muy particular (sólo usaba puntos y comas como signos ortográficos, oraciones y párrafos largos que en un principio dificultan la lectura porque cuesta entender cuando habla un personaje), comunista hormonal, premio Nobel de Literatura en el año 1998, nos mostró profundamente lo que somos poniendo a sus personajes en las situaciones más extremas e impensadas para una sociedad. ¿Qué pasaría si España se separara del continente Europeo y quedara flotando en el mar? (LA BALSA DE PIEDRA, 1986) ¿Y si de repente hubiera una epidemia y la mayoría de los hombres quedaran ciegos? (ENSAYO SOBRE LA CEGUERA, 1995) ¿Y si la gente dejara de morir? (LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE, 2005) ¿Y si nadie, absolutamente nadie, concurriera a votar un día de elecciones? (ENSAYO SOBRE LA LUCIDÉZ, 2004) ¿Y si encontraras en tu misma ciudad a un hombre milimétricamente igual a vos? (EL HOMBRE DUPLICADO, 2002). Y además las críticas al consumismo (LA CAVERNA, 2000), o a la misma iglesia católica a través de CAÍN, su más reciente novela y de EL EVANGELIO SEGÚN JESUCRISTO, que generó una fuerte polémica con el Vaticano y fue censurada en Portugal en 1992.
Hijo y nieto de campesinos, había nacido en noviembre de 1922 en la pequeña aldea de Azinhaga, con el nombre de José de Souda. No pudo terminar la escuela secundaria por problemas económicos, y fue cerrajero, mecánico, editor y periodista. También fue director adjunto del "Diario de Noticias", de Lisboa. Jurado en las últimas ediciones del Premio Clarín de Novela, es de destacar su compromiso humanista y político, y sus duras críticas a los regímenes de izquierda a pesar de su militancia. Sin duda, se fue un grande de las letras, queda su vasta colección de libros y toda una vida para leerlos. Ahí va, parte del aire.
"Mediante parábolas sustentadas con imaginación, compasión e ironía, nos permite continuamente captar una realidad fugitiva".
Academia Sueca que le otorgó el Premio Nobel.
“No creo en dios y no me hace ninguna falta. Por lo menos estoy a salvo de ser intolerante. Los ateos somos las personas más tolerantes del mundo. Un creyente fácilmente pasa a la intolerancia. En ningún momento de la historia, en ningún lugar del planeta, las religiones han servido para que los seres humanos se acerquen unos a los otros. Por el contrario, sólo han servido para separar, para quemar, para torturar. No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona.”
“La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva.”
"He intentado no hacer nada en la vida que avergonzara al niño que fui".
José Saramago
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