Siempre hay un caño que se pincha en el momento menos pensado. Una cloaca que se tapa o una heladera que se rompe. Y por lo general ocurre los fines de semana, cuando cuesta encontrar quien lo arregle. Cuando sólo hay servicios de emergencia. Aunque bueno. En general las cosas siempre se rompen cuando menos lo pensamos porque nunca estamos pensando en que se van a romper. Y tampoco podemos vivir pensando en eso. Pensar en eso de un modo serio sería prevenir y tomar acciones para que no se rompa. Pero en algún momento las cosas se rompen. Por la causa que sea. Pero se rompen. Y muy pocas veces contamos conque algo se rompa. Del mismo modo en el que nunca contamos con la lluvia cuando organizamos un evento o elegimos salir a pasear. O con un congestionamiento cuando nos vamos de viaje. Ni hablar conque se rompa el auto (muy pocas veces contamos con eso y sin embargo...) Supongo que deberíamos hacerlo. Pero hacerlo nos sugiere una existencia una tanto rígida. Cuidado con esto, cuidado con aquello. Y así estamos. Nos descuidamos un segundo y nos hacen un gol. ¿Por qué, si yo tuve cuidado? Parece que no es suficiente (con eso tampoco contamos, conque todo nuestro esfuerzo no sea suficiente). Ma sí, vamos al ataque y que sea lo que sea. Delantero por defensor, que tanto.
De alguna manera, supongo que prevenir es un modo de no sentirnos mal cuando algo deja de funcionar.
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