Adentrarme en el libro LA TRAICIÓN DE RITA HAYWORTH fue una experiencia extraña y a la vez maravillosa. Más que nada en la cabeza de Toto y la vida cotidiana de Coronel Vallejos: Fred Astaire y Ginger Rogers, papá y su preocupación por las cuentas que no dan, mamá por favor no vayas a dormir la siesta, y sobre todo el cine, ese al que papá nunca iba, salvo una vez, cuando dieron una con Rita Hayworth. A principios de los años 40 no existía la televisión. El cine era la principal atracción del pueblo, y no todos podían darse el lujo de ir. Los libros de Puig reflejan eso. Hay servidumbre. Y si hay servidumbre no hay que lavar los platos, ni cocinar, ni limpiar la casa. Hay más tiempo para las pasiones. Y con eso llegan los dramas. General Villegas fue la principal inspiración de Manuel para poder contarnos cómo era la vida en Coronel Vallejos. Y así mismo a los chicos descubriendo el sexo (“¿Qué quiere decir cogía?”). La sirvienta de 12 años a la que otra sirvienta un poco más mayorcita le dice “cuidate de los negros porque te la tienen junada, que tu hermana quedó embarazada y se tuvo que ir de la casa”. Las calles de tierra, los cuernos, el infierno grande y otra vez el cine, siempre el cine. Malos maridos: triste destino para las mujeres del pueblo. Si no fuera por los chicos… la hora de la siesta, el aburrimiento, no se puede hacer ruido porque papá se despierta y empieza a gritar, incluso si pasa un avión.
En muchos sentidos LA TRAICIÓN DE RITA HAYWORTH es un libro revolucionario. No sólo por lo que cuenta sino por la forma en la que está escrito. Leyendo se puede tener una idea muy completa de lo que era la vida cotidiana en los años 30 y parte de los años 40, sobre todo en los pueblitos chicos, más que nada cuando llegaba alguna copetuda o algún chico del pueblo que había ido a estudiar a Buenos Aires. Se tiene un acceso ilimitado a lo que pasa por la cabeza de cada personaje a la hora de la siesta, el momento más aburrido del día (sobretodo cuando sos chico). De Manuel Puig ya había leído BOQUITAS PINTADAS y EL BESO DE LA MUJER ARAÑA, pero este libro es impresionante. De esos que merecen estar junto a RAYUELA y 100 AÑOS DE SOLEDAD. Quizá te suene exagerado, pero es lo que a mí me parece.
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