Tengo sueño pero estoy despierto. Despierto pero con sueño. Despierto a medias. Medio despierto y medio dormido. En todo caso tan sólo es la mitad de cada cosa. Una mitad entre tantas cosas completas. Medio dormido no sueño. Medio despierto no sirvo (o sirvo a medias). Ni esto ni lo otro. Así pareciera ser estar en la mitad de algo. Aunque debería ser un poco de esto y un poco de aquello, lo que los griegos llamaban el justo medio. ¿Y cómo es? Ni esto ni lo otro, es estar en la nada, sin ganas de echar mano. Supongo que un poco y un poco al menos es algo. Quizá no en su justa mitad, pero es algo.
¿Estoy medio despierto o medio dormido? Sí, es un poco como lo del vaso medio lleno o medio vacío. Si se está en el medio en algún momento hay que decidir para que lado ir. Si bien se puede optar por quedarse en el medio y no ir a ningún lado, lo cierto es que hay una verdad biológica que nos dice que la vida es movimiento. Moverse sin alejarse mucho, así se puede volver.
En un caso como este (medio despierto y medio dormido) lo positivo sería irse a dormir, lo cual es mucho mejor que estar despierto con sueño. El tema pasa por si en verdad hay posibilidades de poder acostarse a dormir. Es decir, si hay una cama para hacerlo, tiempo y silencio (lo de la oscuridad se puede arreglar). Intuyo que si hubiera una cama y tiempo y silencio sin ningún tipo de duda estaría durmiendo, lo cual me lleva a la conclusión de que tengo sueño pero no tengo posibilidad de poder acostarme y dormir. Es decir, soy un hombre que tiene sueño pero a la vez está compungido por la imposibilidad de poder dormir.
¿No fue Calamaro el que escribió “no sé si estoy despierto o tengo los ojos abiertos?
Medio despierto doy un poco menos de la mitad de lo que soy.
Si duermo me hago un favor y a la vez le hago un favor al mundo.
Mejor buscar la forma y dormir. El sueño, tal cual escribió Nietzche, es un recreo para el cerebro.
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