Tuesday, February 28, 2012

LA TRAGEDIA DE ONCE


¿Cuánto tardaremos en dejar de hablar de esto? 

En los trenes se viaja como ganado, suelen decir. Y como ganado uno entiende o asocia el hecho de ver cómo viajan las vacas en los camiones de hacienda, una al lado de la otra sin poder moverse. Y no hablemos del olor que despiden esos camiones.  Además las vacas no están cubiertas, están bien a la intemperie, llueva o haga frío. Si uno ve eso y entra al furgón del tren Sarmiento (es el único del que puedo hablar), y encuentra que las ventanas no tienen vidrio, la mugre, las bicicletas colgando y la gente apretujada sin poder moverse, implorando que el tren llegue a destino cuanto antes, sin duda entiende que las personas en las horas pico viajan como ganado.

 Ahora supongamos que disponemos de trenes modernos, de última generación, pero que en las horas pico también se llenan y entonces si querés llegar a casa no te queda otra que viajar apretujado o esperar media hora para poder conseguir un asiento cagándote a trompadas cuando llega el tren.  ¿Cuál es la diferencia? Que viajarías como ganado, pero con aire acondicionado. 

Hay una realidad. No se puede poner más frecuencia de trenes mientras haya pasos a nivel.

Las obras de soterramiento ya empezaron (fijarse entre Haedo y Morón), pero lo lamentable es que se haya acelerado el comienzo de la obra luego de la tragedia que ocurrió en Flores el año pasado.

También es lamentable que recién se hable de quitar concesiones luego de la tragedia de Once. Como fue lamentable que se hable de las inspecciones a los recintos nocturnos luego de Cromañón. O de la seguridad aérea luego de la tragedia de LAPA. Y entonces nos preguntamos ¿tiene que haber una tragedia para que recién se piense en hacer lo que hay que hacer?

Sí y no.

Sí: porque hasta que ocurra la tragedia, es decir, mientras ésta tarde en ocurrir, podés seguir robando. Cuando pasa listo. Bajamos la cortina, nos guardamos un tiempo y después la seguimos en otro lado.
No: no hace falta que ocurra una tragedia porque hay miles de maneras de prevenirlas. Incluso tomando todas las precauciones necesarias lo que se logra es reducir la frecuencia con la que ocurren estas cosas, lo cual es mucho. Pero la prevención depende de las personas. Y las personas son personas y no máquinas programadas.

¿Y por qué esperar a que ocurra una tragedia que provoque estupor y conmoción mundial? Nos pasa en casa. Si nos ponemos a revisar bien, es muy probable que encontremos probables causales de accidentes, y más que nada con los más pequeños. Muchas veces vemos gotear la canilla pero no cambiamos el cuerito hasta que la pérdida de agua sea algo insoportable. O seguimos posponiendo el hecho de ponerle baranda a una escalera, o el lijar la viruta que sobresale de la reja y que puede hasta lastimarte un ojo. Pensamos en poner una alarma una vez que nos roban. Por lo visto en TBA andar con problemas de frenos es algo corriente, una canilla que gotea y nada más. ¿Y después?

Una cosa es hablar de una tragedia cuando se los procedimientos de seguridad se cumplen a rajatabla, porque si así y todo ocurre una tragedia uno cae en que había grietas que hasta ese momento estaban fuera de la vista y del análisis técnico. Y entonces se vuelve a revisar todo.

Otra cosa es hablar de una tragedia cuando los procedimientos de seguridad casi ni se cumplen. Porque eso indigna mucho más. Se sabía que podía ocurrir. Pero a los responsables parecía no importarles mucho. O a lo mejor pensaban que si ocurría no iba a ser algo de tanta magnitud.

Párrafo aparte para los pasajeros idiotas. No hay que olvidarse de la gente que rompe los trenes. O la que los ensucia de una manera asquerosa (pedazos de comida, vómitos, escupitajos, derrame de bebidas). Tampoco de los que se roban las piezas de aluminio.

Hay gente que no cuida los trenes. Y también una empresa que no los limpia  y que no controla el ingreso al andén como es debido. Es un poco y un poco. Es más fácil despotricar contra la empresa porque faltan vidrios antes que pensar en los pelotudos que los rompen. Y lo que más jode es que los pelotudos que los rompen son unos pocos, como los que hacen quilombo en una cancha y obligan a suspender un partido.

¿Y si la tragedia de Once fue un error del motorman? ¿Ahí se termina todo? ¿Maten al motorman? No creo que eso cambie la visión que tenemos de esta empresa. A fines de los 80 se pensaba que lo privado era mejor que lo estatal. Ahora se empieza a pensar que es al revés. En realidad es mejor lo privado pero bien controlado por el estado. Y lo ideal sería lo estatal bien administrado dando ganancia para las arcas y los gastos públicos. En la época de Alfonsín y hasta que fueron privatizados (es de lo que tengo memoria) los trenes andaban mal. Con TBA mejoraron un poco (tampoco había que esforzarse demasiado) pero al tiempo empezaron a parecerse a los trenes del estado. Hasta hoy que son casi estatales, dado que por cada boleto que pagás, el estado le paga dos boletos a la empresa. Una empresa privada reduce los recursos innecesarios al mínimo para obtener más ganancia. Una empresa estatal es más descontrolada, sobre todo porque hay renovación de autoridades más seguido. Y además porque nadie va preso por robar recursos del estado. ¿Entonces?

Luego del incendio de la estación de Haedo, junto con miles de personas firmé un petitorio para que el gobierno revisara la concesión de TBA, y en lo posible le quite la concesión.

Pero no pasó nada.

Si mirás un poco, hay mucha gente que ama los trenes y sufre cuando ve el estado en el que están.

El soterramiento del ferrocarril Sarmiento parece ser una solución importante al tema de aumentar la frecuencia de los trenes pero eso no quiere decir que vayas a viajar mejor. A lo sumo un poco menos apretado, nada más. Los subtes tienen una frecuencia de 3 minutos y así y todo colapsan. Pero lo que se necesita es eso, viajar un poco mejor, nada más. Reemplazar el equipamiento obsoleto de una vez por todas.

Pero sólo se habla de esto cuando ocurre una tragedia como la del otro día.  Siempre fue así. No sé cómo será en otros países, sólo puedo hablar del mío. Que TBA es una empresa de mierda ya se viene denunciando desde hace años. Sí no se hizo nada al respecto debe haber alguna razón. De algún modo el gobierno no controló a la empresa como es debido. Y ahora le suelta la mano presentándose como querellante. Y de acuerdo a lo que determine la justicia se decidirá la quita de la concesión.

Una estupidez.

 O una jugada inteligente.

Los tiempos de la justicia ya los conocemos. ¿Cuánto tardaremos en dejar de hablar de esto?  Cuando pasan estas cosas nos indignamos y exigimos cambios. Una vez pedimos que se  vayan todos  pero no se fue nadie.  Exigimos cambios radicales pero sólo cambian algunas pocas cosas ¿Y de qué manera las podemos cambiar? ¿Cambió algo la indignación por la muerte de Axel Blumberg por ejemplo? ¿Cambiará algo el dolor por todos estos muertos? Y si cambia ¿Por qué después de los muertos? ¿Seguirán pensando en el tren bala?   

Es como una negociación por paritarias: pedimos 100 para que nos den 30, porque si pedimos 30 nos van a dar 10. Quizá pedimos que se vaya TBA porque en el fondo sabemos que a lo sumo todo lo que podemos lograr es que haya mas trenes doble piso. Y aire acondicionado en vez de ventiladores viejos.  

¿Cuánto tardaremos en dejar de hablar de esto?


   

Thursday, February 23, 2012

FRASES NO TAN CÉLEBRES (25)




"No creo en dios, no lo necesito y además soy buena persona."

José Saramago


Thursday, February 16, 2012

UN DÍA EN MUNDO MARINO



5 días nos alcanza. Ir a la playa todos los días al cabo de una semana puede convertirse en una rutina. Por suerte la rompimos yendo a pasar el día a Mundo Marino.

Apenás entrás te sacan una foto familiar y te dan un número para que retires la foto cuando te vayas. Y sí, al final pasamos por el Stand, vimos la foto, nos gustó, pagamos y nos la llevamos de recuerdo. Pasa bastante cuando pasaste un buen momento, querés llevarte cosas que te recuerden eso. Aunque sea un llavero barato o una foto cara pero bien decorada. No sólo la comida entra por los ojos. Me pasó cuando salí de ver a Paul Mc Cartney y me gasté $100 en una remera…

Es  la primera vez que veo un show de delfines y orcas. Me gustó tanto que lo vimos dos veces. Nos es que fuera continuado. Pero estuvimos en las únicas dos funciones del día. Los delfines son conmovedores. Y la orca algo hermoso. Cuando termina el espectáculo la orca se queda nadando en la piscina principal y la gente se saca fotos. No te dejan acercarte mucho y además te invitan a salir del estadio. La miro nadando y entiendo que me quedaría mirándola durante horas. Por un momento deseo ser entrenador de delfines, pero es sólo un momento, yo nací para escribir.

El salto de una orca, al igual que el de una ballena, es un canto a la libertad. Es explosión. Es bello, por más que en su hábitat natural la orca sea un depredador y se alimente de la cría de los lobos marinos.

Ahora que lo pienso en ningún momento del show los entrenadores nadan con la orca, sí en cambio con los delfines.

Dentro del predio hay un tren que te lleva a recorrer todo el lugar. Cuando pasamos por detrás del estadio de orcas y delfines veo el traje de uno de los entrenadores secándose al sol. Pienso en el payaso que se lava su propia ropa.

El show de los lobos marinos no es gran cosa. Esperaba un poco más. El otro espectáculo nuevo, llamado EL ARCA DE NOE, tampoco nos gustó, es más una comedia musical que un espectáculo para ver destreza de animales.

Otra de las atracciones es darle de comer a los lobos marinos, pagás $10 pesos y te dan una bandeja con dos pescados. Algunos lo hacían, pero nos pareció poca cosa. Quizá cuando mi hijo sea más grande.  

Nunca había visto una manta raya de cerca. Impresionante. Sobre todo cuando asoma sus aletas en la superficie del agua. Pensé en esa canción de Cerati llamada LISA, sobretodo en la frase “Manta Raya, enséñame más, tu habilidad de nadar”.  Me pasa seguido, vivir algo y encontrar la conexión mental a algún que otra canción. A veces me siento un idiota. Otras un potencial musicalizador desocupado.

Los hipopótamos se la pasaron durmiendo bajo el agua y mi hijo se quedó con las ganas de verlos, él les llama “pipapamo”. Escuchárselo decir nos llena de ternura. Es un poco el asunto de ir a ver animales, que sólo vas a ver lo que ellos te quieran mostrar, a no ser que los adiestren para un show. Y está bien que te muestren lo que ellos quieren, están en todo su derecho. También hay pingüinos que en algún momento estuvieron empetrolados. Su pelaje termina un tanto dañado pero al menos están vivos. Y nadan. Y se dejan ver. 


En los baños de Mundo Marino también hay agua salobre. Pero no molesta tanto como en un hotel.

El día estuvo nublado y con momentos de sol, eso fue ideal para ir a uno de estos lugares. Caminamos un montón. Le preguntamos a nuestro hijo si estaba cansado y nos decía que no, demostrándonos una y otra vez que el entusiasmo es la única fuerza natural que puede borrar de tu mente la palabra “cansancio”.

Al ir a buscar el auto al estacionamiento noté que me habían pegado en el vidrio trasero la calcomanía de MUNDO MARINO.  Le hicieron lo mismo a todos los autos. Me pareció una cagada. El sticker bien podrían obsequiártelo con la entrada y no pegártelo de prepo los chicos que te acomodan cuando llegás. ¿Por qué les tengo que hacer publicidad? El sticker queda lindo, no lo voy a negar, pero hubiera preferido pegarlo yo, decidir si quiero que los demás automovilistas sepan que estuve en MUNDO MARINO.  Me pareció prepotente, bien podría escribir un mail como para quejarme, pero no sé, me siento como una de esas damas oligarcas que escriben a la sección de lectores del diario La Nación.

Una de las complicaciones que se presenta al querer sacar una foto es pedirle a alguien que nos saque una. Tenemos pocas fotos los 3 juntos. Eso denota que no nos gusta joder a la gente, por más que muchas veces la gente no lo vea como una molestia. A veces nos lo piden a nosotros y accedemos gustosos, quizá porque los entendemos. Y no es que la gente sea mala onda en ese sentido, es más bien que estamos acostumbrados a ser lo más autosuficientes que se pueda. Y muchas veces pedir algo a los demás nos hace sentir que en realidad estamos molestando, cuando la mayoría de las veces no sea así, ni siquiera para los demás.

Pero al salir de Mundo Marino le pedimos a alguien que nos la saque y lo hizo de muy buena onda, aunque no sea una gran foto. Quizá una solución sea comprar un trípode flexible y fácil de cargar. Se supone que hay artefactos para solucionar hasta los más mínimos percances. Es cuestión de buscar. Como me pasó con el tirabuzón para la sombrilla.

La vuelta al hotel fue relajada. La noche nos agarró en la ruta 11. Por suerte no eran muchos kilómetros. Cuesta creer que con tanto campo, en pleno año 2012, siga habiendo rutas tan chotas como esa, dónde la muerte está al acecho de cualquier principiante. Rutas peligrosas en un país de gente ansiosa por llegar a destino. Un cóctel explosivo que se sigue cobrando vidas todos los días.
  

Sunday, February 12, 2012

SPINETTA EN EL CIELO CON DIAMANTES



La triste noticia del fallecimiento de Luis Alberto Spinetta provocó que muchos de mis amigos en facebook que habitualmente no suelen conectarse, entraran a su muro para expresar lo suyo. Se dio un poco como pasa en los velorios, ese encontrarse en situaciones especiales con cierto halo de conmoción y pensar por lo bajo aquello de “mirá en qué situación nos venimos a encontrar”. Intercambiamos mensajes fraternales, subimos videos y fotos del capitán Beto, y nos mostramos consternados. Son muy pocos los momentos en los que miles de personas coinciden en un mismo sentir. Y de alguna manera la muerte del Flaco fue una bengala que se disparó al cielo para explotar en miles de destellos que cayeron sobre la cabeza de quienes amaban su arte y de quienes apenas lo conocían. Sus recordadas frases poéticas y sus canciones no sólo inundaron los medios sino también las redes sociales. Los que sentimos pesar (y estoy hablando de un “verdadero pesar”), los que sentimos ese ahogo en el pecho, pudimos encontrarnos y fraternizar en una especie de velorio virtual, y desahogar así nuestra congoja ante tamaña e inesperada pérdida (“Hermano no te puedo explicar la tristeza que tengo por la muerte del flaco...”, me escribió un amigo entrañable).

Porque la agonía del flaco no fue tan mediática como la de Sandro. Hará apenas unos meses que salió a la luz lo de su enfermedad. Nada más que unos meses. Y a muchos todavía nos costaba asimilar que estuviera enfermo. Como si en vez de un cáncer de pulmón tuviera apenas un resfriado. Muchas celebridades lucharon contra el cáncer y le ganaron la pelea, y creímos que el Capitán Beto iba a ser uno más. Y de repente la notica choca. Un cross directo a la mandíbula. Tití portando un dulce exocet.

El flaco se fue.

Es 8 de febrero y su música estalla en todas las radios habidas y por haber. Tanto Vorterix (103.1 Mhz) como la Rock & Pop (95.9 Mhz) programan 24 horas con su música. Hay un símbolo negro en las pantallas de Tv. No se lo vela en el salón de los pasos perdidos, ni se decretan días de duelo (mal ahí). Un funeral privado. Los fans siguiendo el cortejo fúnebre. La cremación. El anuncio de que sus cenizas serán esparcidas en el río de la Plata. Y listo. La vida sigue.

Habrá homenajes y se seguirá hablando de un artista único en el mundo y en la historia de la música. El flaco ya no está. Pero su obra está latiendo como el canto del carozo dentro del durazno. Y nosotros somos duraznos sangrando congoja. Muy pocas veces se da que cuatro generaciones pueden disfrutar de un artista sin igual. Algún día sabremos lo que pensaba y decía en su agonía. Cómo se preparaba para ese momento. Algún día sabremos qué cosas quedaron en los cajones o en el rígido de la Diosa Salvaje. Ahora la vida sigue. Y los que compartimos la pena de un modo fraternal nos aprestamos a salir a la calle y seguir viviendo, porque MAÑANA ES MEJOR, aunque Luis Alberto Spinetta ya no esté entre nosotros.  

Thursday, February 09, 2012

LUIS ALBERTO SPINETTA (1950-2012)




Ponte color que al morir los hombres son blancos, nos cantaste alguna vez. Y así fue tu vida, una búsqueda constante, un quemar las naves y seguir adelante.  Es difícil prender la tele y ver el titular que nos dice que te fuiste. Pensaba que podría haber sido en 20 o 30 años. Pero no ahora. Uno no cuenta con estas cosas de la misma manera en que no cuenta con la lluvia cuando organiza un evento.

Hay un torbellino de canciones en mi cabeza, tu música aparece hasta en los rincones más sórdidos de mi cerebro. Y pienso en eso de “sube al taxi nena, los hombres te miran, te quieren tomar. Ojo el ramo nena, las flores se caen, tenés que parar”. La cantata de puentes amarillos vive en mí y lo seguirá haciendo mientras viva. ¿Cómo explayarme en esta conmoción tan extraña? Hay tantas cosas que quiero decir…

Cuando me enteré estaba en el trabajo. Fue un mazazo.  Resguardaste tu intimidad a tal punto que la verdad, pensábamos que estabas ganando. Pienso en el cáncer de pulmón y pienso en León Gieco diciendo hace muy poco que su generación ha fumado mucho y hoy tiene que hacerse cargo de las consecuencias.  Al salir subí al auto y puse la radio de Mario Pergolini. Y manejé hasta casa con ABRAZAME INOCENTEMENTE, CANTATA DE PUENTES AMARILLOS, SERÁ QUE LA CANCIÓN LLEGÓ HASTA EL SOL, LA LLAVE DEL MANDALA… es extraño escuchar tu música pensando en que acabás de irte. Me imagino a millones de personas haciendo lo mismo y dándote un adiós en la intimidad de su oscuridad particular. Imagino un gran sepelio donde las velas son tus canciones. Entro a mi muro de facebook y todos piensan lo mismo. Se multiplican los CHAU FLACO, GRACIAS. Y hay fotos, y enlaces a You Tube, y hasta un poco de bronca.

Mañana es mejor nos dijiste, y supongo que lo habrás pensado hasta el final, aún en los peores momentos de tu agonía. Y puede que aún lo sigas pensando, aún cuando los simples mortales todavía dudamos de si las almas piensan.  Por mi parte seguiré pensando en eso.  Siempre. Será mi mantra, mi llave del mándala.

La primera vez que te vi fue con tus socios del desierto allá en el Roxy de Congreso. Eran épocas en las que  tenías el pelo rojo y tu disco no salía porque no te querían pagar lo que pedías. Tocaste 2 horas y media sin parar. Tremendo. En el medio te fui a ver siempre que pude, incluso cuando tocaste en el Colón. La última vez fue en el 2007 en el colegio Don Bosco de Ramos Mejía. La lista de temas fue impresionante. Me fui a casa muy satisfecho. Y en tus conciertos lo escuchabas, no te mueras nunca Flaco, te gritaban. Y tanto gritarlo lo creímos posible.

No hubo ni habrá jamás un músico y un poeta como vos. Sos tan inimitable como las estructuras armónicas de tus canciones. ¿De dónde sacabas esos acordes? Tu legado es un océano vasto y luminoso. Sólo hay que tirarse al agua y explorar. O quizá subirse a una nave y explorar la galaxia…

Ahí va el capitán Beto, por el espacio.

Su anillo lo inmuniza de los peligros…

Chau Luis Alberto.

Cuídate.

Cuídanos.


Monday, February 06, 2012

SANTA TERESITA 2012 (IMPRESIONES)



Caminamos por la playa. Era mediodía y estaba nublado. Pero recién llegábamos y queríamos caminar por la playa. Queríamos mojarnos los pies y que nuestro hijo se regocije ante lo nuevo. Vi pasar a una chica con auriculares en los oídos. Al verla pensé en que ya había hecho lo mismo muchas veces. Caminar por la playa con la música adecuada, buscar una conexión y sentir algo distinto.  Ya lo hice y no extraño hacerlo.  Esto me gusta más. Ahora el nene me salpica y se ríe.

En la hostería hay agua salobre porque el partido de la costa carece de agua corriente. Estaba escrito en un cartel en la recepción. No le di mucha bola. Hasta que abrí la canilla del baño y el agua salía un poco marrón al principio y luego se volvía casi cristalina. En el botiquín una botella de agua mineral de 500 cc para que te enjuagues la boca al lavarte los dientes. Por un momento pensé en el futuro del planeta. Por un momento carecer de agua dulce en la canilla se me antojó una estampita apocalíptica.

Con el agua salobre el jabón hace menos espuma y el pelo queda menos sedoso. Por suerte trajimos  agua mineral y un par de botellas de agua de casa. Por suerte ya no tengo pelo.

El hierro que contiene el  agua va afeando el bidet y el duchador. En el inodoro, pareciera que alguien meó recién y se olvidó de tirar la cadena. Aprieto el botón pero el color del agua es igual. Pienso en la leche reforzada con hierro y vitaminas.

Las camas son muy buenas. El somier es LA CARDEUSE, y hay suficiente espacio como para que mi hijo no use su cama de una plaza y se instale en el medio de nosotros.

La ventana da a la peatonal. A la noche es ruidosa, así que hay que cerrar la ventana y dormir con el aire acondicionado. Se duerme bien. Salvo la última noche, cuando se instaló una murga justo debajo de la ventana.

Hacía mucho que no pasaba las vacaciones junto al mar. Lo había cambiado por los ríos de Córdoba. Pero ahora me doy cuenta que tiene su encanto. Sobre todo para mi hijo que parece no cansarse de correr contra las olas y revolcarse en la arena.

Para que no se vuele la sombrilla tuve que comprar un artefacto llamado Tirabuzón. Siempre se aprende algo.  Lo que tiene la playa es que muchas veces se crea cierto halo de camaradería entre vecinos de sombrilla. Sobre todo cuando es gente grande. Uno los  ve como gente que te puede mirar las cosas cuando te vas a dar un chapuzón.

El agua estaba muy agradable. No sabría decir si es consecuencia del  calentamiento global, pero es raro que el mar no esté frío. Es agradable pero a la vez me preocupa.  A esta temperatura puede que no haya polo que resista. Quizá sea plena paranoia vacacional. Quizá sea el efecto de la nota sobre el cambio climático en Australia que leí en la Rolling Stone.

Sólo hubo un par de días de sol pleno. Los demás estuvieron nublados. Pero no nos preocupó. La playa se disfruta igual. No hace falta volver con la piel chamuscada para sentir que uno aprovechó las vacaciones. Al fin y al cabo el tostado dura sólo unos días, con suerte una semana. Después hay que seguir afirmando la blancura. 

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