“Buenos Aires crece descontrolada e imperfecta. Es una ciudad superpoblada en un país desierto. Una ciudad en la que se yerguen miles y miles y miles de edificios sin ningún criterio. Al lado de uno muy alto hay uno muy bajo. Al lado de uno racionalista hay uno irracional. Al lado de uno estilo francés hay uno sin ningún estilo. Probablemente estas irregularidades nos reflejen perfectamente.Irregularidades estéticas y éticas.“
El sábado, luego de ver MEDIANERAS, me asaltaron varias preguntas y hasta cierta indignación al saber la respuesta.
¿Por qué MEDIANERAS no batió record de público en los cines argentinos? ¿Por qué pasó tan desapercibida incluso en el sitio cinesargentinos.com que ni siquiera mereció una crítica escrita de Chandler o Gustavo Zapata? ¿Por qué no entender que quizá es una de las mejores películas que se hayan hecho en la historia del cine argentino? ¿Qué nos pasa a los argentinos que sólo nos animamos a nuestro cine sólo si trabaja Darín, Adrían Suar, Valeria Bertucelli o si dirige Campanella?
Cuando Medianeras se estrenó en octubre de 2011, en 18 días la habían visto 43.000 espectadores, llegando a unos 55.000 antes de bajar de cartel. Llegó a recaudar unos 300 mil dólares.
De sólo pensar que UN PAPÁ EN NUEVA YORK con Francella y Oreiro pasó el millón de espectadores me pongo de la nuca…
Te cuento un poco de qué se trata.
MEDIANERAS originalmente fue un corto dirigido por Gustavo Taretto en el año 2005, corto que circuló en internet y en algunos círculos cinéfilos independientes. Y es tan bueno que se cansó de ganar premios en festivales internacionales (40). La historia gira en torno a Martín, un tipo fóbico que vive en su monoambiente y se relaciona con el mundo a través de internet (de hecho trabaja de diseñador de páginas web) y a Mariana, una arquitecta devenida en vidrierista que acaba de romper su relación de pareja y se siente demasiado sola y deprimida. La historia nos muestra como en la jungla de la gran ciudad estos personajes pueden llegar a encontrarse. Pero más allá de la historia, la película es una obra de arte en cuanto a cómo es capaz de mostrarnos, tomando todos los tics de la vida moderna, cuan alienados podemos estar, viviendo hipercomunicados y a la vez en medio de un montón de gente. Ni hablar como nos enseña lo que es Buenos Aires en cuanto a planificación arquitectónica (un verdadero desastre). Y sí, los edificios como caja de zapatos, las medianeras donde no es legal abrir una ventana, y la necesidad de hacer natación para escapar un poco…
El mismo Gustavo Taretto se encargó de hacerla largometraje y, al contrario de lo que suponía, hacer que una película de 20 minutos dure 90 es todo un riesgo porque la idea original puede terminar diluyéndose, pero todo lo que se agrega en esta versión es de una excelencia asombrosa. Entonces el corto original de 2005 no se estira ni decae en calidad, sino que se convierte en una obra de arte por excelencia.
El elenco está formado por Javier Drolas y Pilar López de Ayala, y cuenta con las ocasionales actuaciones de Carla Peterson, Inés Efrón, Adrián Navarro y Jorge Lanata. Pero eso es sólo una anécdota. Acá el asunto es que se disfruta de principio a fin. Y lo que jode es que mucha, pero mucha gente no se entere de que existen películas como esta. Que sólo te piden 90 minutos de tu vida para llenarte los ojos de arte.
Te cuento que entrando al sito web de la película podés verla on-line por la módica suma de $10.
Bueno, para terminar les copio y pego un fragmento de la crítica que hizo Juan Pablo Russo en escribiendocine.com
“Se podrían escribir párrafos y más párrafos de Medianeras, y cuando a uno como crítico una película lo inspira a escribir quiere decir que las cosas están muy bien logradas. Podría escribir sobre la maravillosa actuación de la española Pilar López de Ayala y ese porteñísimo acento que logró para su Mariana, o de la contradicción latente que Javier Drolas supo brindarle a su Martín. Podría escribir sobre la excelente dirección de arte de Luciana Quartaruolo y Romeo Fasce o de la utilización de claroscuros en la fotografía de Leandro Martínez. Podría escribir miles de caracteres sobre los personajes secundarios a cargo de Rafael Ferro, la irreconocibleInés Efron o la cada vez más glamorosa Carla Peterson, sin duda una diva de los años 50. Podría escribir sobre la formidable música de Gabriel Chwojnik, sobre la influencias de Woody Allen, sobre el clasicismo…. Podría compararlo con el corto, pero ¿es necesario?. Si seguro lo van hacer todos. Pero para qué seguir escribiendo, al cine hay que verlo y, como mi profesión es la de recomendar películas, recomiendo fervientemente ver Medianeras, el Wally de la cinematografía argentina. Excelente.”
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