Wednesday, September 07, 2011

MÚSICA CONTINUADA


A veces estoy sentado sin hacer nada. Pero en mi cabeza hay música. Aunque quizá debería decir que son pensamientos vagos matizados con música. Y cuando estoy cansado es peor. Me pregunto por qué la música. Por qué mi cabeza como si fuera un reproductor de mp3 con la tecla función repeat one activada. Y la misma canción se repite a través de las horas y no me la puedo sacar de la cabeza.


A veces quisiera tener la mente en blanco pero no puedo. Demasiada información dando vueltas como para darse esa clase de lujos.

Radio.

Mucha radio.

Mucha música y estilos de música y variedad de intérpretes en banda o en sus respectivas carreras solistas. Incluso música de películas. Y la lista sigue.

Tengo 37.

Son muchos años de música.

Muchos años de consumir cultura e información.

Soy una especie de Radiohead o algo así.


¿Y por qué pensar que porque hay música es una radio? Quizá la radio ya no sea un sinónimo de música continuada (como si lo eran las FM en los 80). Puede que Publicidad continuada le quede mejor. Hoy la música seguida de más y más música no sólo está en algunas pocas radios que por lo general transmiten vía web, también hay empresas que ofrecen servicio de música funcional para oficinas y consultorios. Y repiten canciones, a veces todos los días a la misma hora, como en la radio. 


Pero en la radio hay locutores. 


La música continuada en cambio es como más fantasmal, más intramuros


Pero en mi cabeza no escucho voces que dialogan, sino voces que cantan, e instrumentos, muchos instrumentos... aunque por lo general es una base rítmica hecha con batería. Por momentos pareciera que es un poco la cabeza de Mark Ronson (salvando las inocultables distancias).  


Estoy en una etapa de mi vida en la que una radio en donde sólo haya música me aburre por completo. Es como un archipiélago perdido en un mar de basura industrial. 

A veces me pregunto, suponiendo que haya gente a la que le pasa lo mismo, qué ruidos habría dentro de mi cabeza si viviera en el siglo XVIII, épocas en las que para escuchar música había que ir a un teatro, o asistir a la corte del rey o toparse con algún juglar callejero. Quizá en vez de sonar los Coldplay con su Viva la Vida (canción que me pone de buen humor) estaría tratando de reconstruir un concierto de Vivaldi, o un Adagio de Albinoni, o el Canon de Pachelbel. ¿Cómo hubiera sido mi cabeza? ¿Sería músico o sólo un soñador mediocre expulsado del conservatorio? ¿Cómo serían mis pensamientos al no haber tanto arte dando vueltas? ¿Cómo sería al no haber cine, ni tele ni radio? Supongo que no es difícil responder eso. El hombre se adapta a todo. Incluso mi percepción de las cosas sería otra. Pero más allá de la cuestión, en esta clase de mundo es difícil tener la mente en blanco. Se puede, pero cuesta mucho trabajo. Ahora otra vez la música. Se cansaron mis dedos. Empiezo a escuchar los primeros acordes. No es una gran canción. Y seguirá sonando hasta que me ponga a hacer otra cosa y la pueda sacar de mi cabeza. No estaría mal un golpecito a la rockola cerebral para que cambie el disco. ¡Pum! ¡Pum!

No comments:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails