Tuesday, July 13, 2010

ADIOS MUNDIAL... HOLA MATRIMONIO GAY!


Se acabó el mundial. Ya está, ya pasó el vendaval de fútbol dejando su tendal de ganadores y perdedores. Ya hay un merecido campeón mundial y miles de números que harán delicias en el paladar de los amantes de la estadística. Ya se vaciaron los hoteles de Johannesburgo, Ciudad del cabo y otras sedes. Ya terminó la fiesta y Sudáfrica dejará de ser el centro del mundo. Sólo queda contar billetes, barrer los puchos y juntar las copas. Bye bye Jabulani (balón desprestigiado hasta por la Nasa y a la vez el balón del segundo mundial con menos goles de la historia detrás de Italia 90), el pulpo Paul, el waka-waka, el zumbido de las vuvuzelas, los escándalosos fallidos arbitrales y demás yerbas. A volver a la realidad que ya mismo nos está hinchando las pelotas.

El tema del momento es el matrimonio Gay.  

Desfilan con su bufanda roja los defensores de la causa y con atuendos naranja los que están en contra. Mirtha Legrand le pregunta a Roberto Piazza si un homosexual que adopta un chico no se sentiría tentado de violarlo (chan!). Y ahí va la iglesia con los tapones de punta a defender la constitución de la familia. ¿Es para tanto? Los homosexuales ya viven juntos, ¿Qué tiene de malo que quieran estar bajo el cobijo de la ley? Lo de la iglesia ya es otra cosa. Desde mi ateísmo sólo puedo predecir que dentro de 200 años no será mas que una institución fetiche y pintorezca. Por un lado comprendo que estén en contra porque la Biblia y la supuesta palabra de Dios comulga lo mismo desde hace miles de años. Y es así. Provienen de una época antigua que ya casi nada tiene que ver con estos tiempos.  La biblia dice que el sexo es sólo para la procreación y que la homosexualidad es una enfermedad. A veces me imagino a los curas en el Vaticano tocándole el timbre a Dios para ver qué dice. Es más ¿Dónde está ese señor? ¿Existe o es sólo un instrumento para gobernar mediante el miedo? Es un poco como aquella metafóra de Bukowski: el capitan salió a almorzar y los marineros tomaron el barco. Pero el capitán no volvió nunca, o quizá nunca existió, quién sabe. ¿Cómo hace la iglesia para ponerse a favor del matrimonio gay? ¿Cómo lo justifica? Es imposible. Yo los entiendo pero me parece que en este tipo de cosas tendrían que hacerse a un lado. No son cuestiones religiosas, son cuestiones sociales. La sociedad moderna no precisa de Dios para existir, pero sí de la obra caritativa de la Iglesia. Creo que esta especie de cruzada absurda no es más que un intento de recuperar cierto poder perdido. 

En cuanto a la adopción tengo mis reservas. Me cuesta imaginar a un chico adoptado por dos hombres sin tener consecuencias sociales con sus compañeros de colegio. Los chicos son crueles con esas cosas. Va a haber que crecer mucho culturalmente. Y eso lleva mucho tiempo. Pero en medio de este tema no hay que olvidarse de las miles de parejas heterosexuales que iniciaron trámites de adopción y están en veremos, matando esa ansiedad alquilando vientres en el litoral para ser estafados por madres que después se arrepienten o venden a su hijo a un mejor postor. Creo que este tema debería tener más prioridad. Primero arreglemos esto, después vemos lo otro. Primero lo natural. 

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