Wednesday, July 07, 2010

HABÍA UNA VEZ...


Últimamente, siempre y cuando disponga de tiempo, me la paso buscando en YOU TUBE videos infantiles para deleitar a mi hijo. Los resultados suelen fluctuar entre ningún interés, interés medio, y atención total a lo que pasa en la pantalla. Los que le gustan los bajo y se los compilo en un CD para que los pueda disfrutar en la tele. Los otros no. El asunto es que en una de estas vueltas siderales por la red me encontré con unos vídeos animados del legendario Miliki (Emilio Aragón, 1929). Sí, aquél de los eternos payasos Gaby, Fofó y Miliki, cantando clásicos como HABÍA UNA VEZ UN CIRCO, LA GALLINA TURULECA y HOLA DON PEPITO, por tan sólo citar algunos. Y lo más lindo no sólo fue comprobar que esas viejas canciones le gustaran a mi hijo, sino el hecho de poder redescubrirlas yo mismo, ya que en mi infancia estos “payasos de la tele” no habían llegado a marcarme como sí lo hicieron CAROZO Y NARIZOTA o MARGARITO TERERÉ. Pasa que estos payasos tuvieron un programa en canal 13 desde 1970 hasta 1972 (yo nací en el 74), época en la que migrarían al viejo continente luego de ser contratados por la Televisión Española, lugar en el que trabajarían hasta 1983.

Lo cierto es que en estas animaciones, un Miliki ya anciano (son del año 2000) canta en la pista de un circo haciendo desfilar a los personajes de sus eternas canciones. Curiosamente, en la platea de este circo en vez de niños hay estrellitas que exclaman como niños. Lo cual le da a esta animación un carácter edénico. Es como si esas animaciones fueran una trasmisión televisiva efectuada desde otra dimensión. Una dimensión hermosa en dónde ese “HABÍA UNA VEZ UN CIRCO” cobra visos celestiales. Y de hecho al mirarlas, uno un poco siente eso. Esas canciones infantiles son tan lindas y pegadizas que siguen deslumbrando a las generaciones que van surgiendo. Como si en vez de un músico esas canciones fueran compuestas por un alquimista. Me fascina escuchar a ese coro de niños cantando PASEN A VER EL CIRCO, arengando a la gente, invitándola a ese “mundo de ilusión, lleno de alegría y emoción”. Me conmueve el circo y su destino itinerante. Yendo de lugar en lugar a iluminar las caras de la gente. Todo muy bien reflejado en esas líneas que dicen: “siempre viajar, siempre cambiar”, como expresando emoción y cansancio a la vez. O aquella que dice: “sin temer jamás al frío o al calor, el circo daba siempre su función”. Algo por demás sacrificado, ya que los artistas de circo no eran millonarios, eran gente que apenas ganaba para comer y seguir con su vida, y no le quedaba otra que desafiar las inclemencias y los obstáculos a cambio de unos pocos pesos y la satisfacción de alegrar a la gente. De sólo pensarlo conmueve. Incluso me pasa lo mismo al ver a Fofó cantando EL AUTO NUEVO en el legendario programa que tenían en la década del 70 estos payasos en la televisión española. Más concretamente, en un especial para las Navidades de 1974. Miro a la tribuna de chicos atrás del payaso… todos esos rostros divirtiéndose y aplaudiendo, e incluso me pregunto si ya de grandes se habrán visto eternizados en ese vídeo que alguien subió a YOU TUBE y le dedicó a sus hijos con todo amor. Incluso me pregunto si lo estarán haciendo ahora mismo. Y hasta me permito imaginar a alguno de ellos mirándose en ese vídeo para anestesiarse un poco en un momento de soledad o de desconcierto. O quizá con su hijo en las rodillas, como suelo hacerlo yo. Por lo pronto mi hijo se divierte con Fofó saltando los baches mientras canta que el viajar es un placer… y yo me divierto con él, y lo pasamos genial.





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