La semana pasada me encontré con mis ex compañeros de secundaria. A muchos de ellos no los veía hace cosa de 18 años. Demasiado tiempo, ¿no? Y por más que en este tipo de reuniones se tome y se fume, no deja de ser una actividad sana. Sana para el alma quiero decir, para el momento que vive uno en sí. Porque es alegría de verse con tipos que estuvieron en la misma que vos en una de las épocas más difíciles de la vida, esos momentos en los que adolecemos y vamos tratando de encontrar un equilibrio entre la luz y la oscuridad. Tipos que recibieron el título el mismo día, tipos que al igual que vos, una vez que tuvieron el diploma en mano salieron a ver cómo podían meterse en la maquinaria de la vida cotidiana. Y en gran parte se debe a esta cosa del facebook, esta especie de ventana por la que podemos asomarnos y ver qué fue de la vida de tal o cual, como se fueron abriendo paso desde aquel diciembre de 1992. Porque tener el título en la mano (más allá de la coyuntura social y económica de cada uno) fue situarnos a todos en la línea de largada. Y ahora este encontrarnos a mitad de camino, y ver cómo estamos, quiénes somos, en qué cambiamos y en qué seguimos siendo incorregibles. Y sí, hubo pizza, cerveza y hasta deambulamos por las calles de una ciudad que se quería ir a dormir demasiado temprano a pesar de ser viernes. Nos costó irnos a casa pero de alguna manera fue un poco el comienzo de una serie de encuentros esporádicos cuyo objetivo es “no perdernos tanto”. Para reírnos, y sobre todo para conversar, hablar mucho, de la vida y de esas cosas que todavía queremos alcanzar. Y en esto, lo digo una vez más, el tener un muro de Facebook tuvo mucho que ver. Está bien, esta clase encuentros se dieron toda la vida, pero las redes sociales ayudan a que cada vez sea más la gente que se suma a este tipo de actividad. Porque hay montones de ex compañeros que se juntan y ven qué onda con eso de encontrarme con gente a la que no veo hace mucho. Es genial. Es ser parte de algo. Un tanto nostálgico si se quiere, pero sin dejar de mirar para adelante. Un recreo eficaz. Un recreo que no comienza y termina con el sonido estriado de un timbre. Un recreo que no dura 10 minutos. Un espacio en el que nosotros decidimos cuándo, cómo y dónde. Y lo mejor de todo fue que cada uno se fue contento a casa. Y al otro día subimos las fotos. Y comentamos. Y seguimos en contacto. Más que antes. Mucho más.
IDEAS - CRITICAS DE BUENA LECHE - DELIRIOS Y OTRAS YERBAS NO TÓXICAS (TODO DENTRO DE UN MARCO LITERARIO)
Friday, June 10, 2011
REENCUENTRO CON MIS COMPAÑEROS DE SECUNDARIA
Etiquetas:
PLACER PERSONAL
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