CELEBRAR LOS CUMPLEAÑOS

Los cumpleaños son indicadores de que la vida pasa y la celebración un intento por negar la tristeza. Lo leí hace un tiempo en un libro de IRVIN D.YALOM (Desde el diván). Suena fuerte y da que pensar. Y más hoy que es mi cumpleaños número 35. Pero también es cierto que hay diferentes maneras de verlo y que en gran medida depende de la etapa de la vida en la que se esté. Muchos lo celebran por costumbre, otros usan esa fecha como una buena excusa para reunirse con sus seres queridos y otros eligen no hacerlo porque no les va ni les viene, aunque bueno, se lo tome como se lo tome, no deja de ser una fecha importante, de esas que obligan a hacer balances. Es una señal, una especie de semáforo, un almanaque con pies y manos que te golpea la puerta y te dice ¡Hola! Acá te dejo el del año que viene. Se lo puede tomar de muchas maneras, pero no creo que haya persona a la que no le guste que la saluden por eso. Es un día que es imposible pasar por alto, en el que a nadie le gusta estar solo y en donde pueden llegar a valorarse los gestos más pequeños que nos hacen las personas desconocidas. Es sencillo: hay miles de maneras de tomarlo pero eso depende de cómo te sientas y de si lograste gran parte de lo que te propusiste. Es tanta la variedad… Un cumpleaños es todo un acontecimiento cuando se es un niño o cuando se están viviendo días exitosos o se está rodeado de personas a las que les gusta celebrar. Aunque una celebración también es un riesgo, ya que puede salir bien, ser algo insulso o convertirse en uno de los peores recuerdos. Quizá si no nos rigiéramos por la precisión simbólica de los calendarios, si el día en que nacimos no fuera una fecha y se recordara como un momento allá a lo lejos en el tiempo… Más allá de eso tengo que admitir que de las pocas veces que celebré mi cumpleaños hay dos que nunca se van a borrar de mi memoria. Una fue cuando cumplí 6 años y otra cuando cumplí los 28. Estuvieron fabulosos. Estaba rodeado de familiares y amigos y todos se divirtieron por igual. Otras veces pasó que juntándonos las mismas personas resultó bastante aburrido. Medio que depende de varios factores: el momento personal de los demás es uno de ellos, el estado emocional propio es el otro. El paso del tiempo tampoco se queda atrás. En fin, el asunto es imaginarte cómo te gustaría que sea y poner manos a la obra para lograrlo. Hacer el intento. Tratar de que salga bien, sacar fotos, filmar y atesorarlo todo en el bazar de los recuerdos.

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